jueves, 24 de mayo de 2018

Colombia decide entre Duque, Petro, Fajardo, Vargas, De la Calle


Este país entró en la recta final de decidir quién va a ser su próximo Presidente, pero irónicamente la radiografía que se vislumbra es turbia para unos y alegre para otros, porque lo normal sería que todos estuviésemos contentos, los colombianos en su mayoría cada cuatro años sufren la misma enfermedad, les pica el mismo virus, pero sólo hay un porcentaje que se va curando, como decían algunos “este país es de locos y el que se cura se va saliendo”.

Varias formas de probar esta enfermedad es el bombardeo diario y cotidiano en redes sociales, en televisión, en los correos, en las calles, en el vestir y en todo se marca el interés de llamar la atención para ganar electores de manera engañosa, de manera oportunista y traidora hacia el país.

Todos ven lo que quieren ver, cinco colombianos ofreciendo esta vida y la otra, una minoría esperando a ver quién gana para obtener puestos políticos o diplomáticos, otro tanto sin saber que ocurre firmando y apoyando y lo que es más delicado un pueblo llamado “bases” que buscan para que paguen económicamente por todo.

Nadie quiere ver la realidad como por ejemplo: qué medidas prudentes se tomarán para enfrentar el fenómeno de lo que le ocurre en Venezuela y Nicaragua, como se replanteará el proceso de paz con las FARC y el ELN, cuándo dejaremos de ser el principal vendedor de cocaína del mundo, cómo se enfrentará la alta corrupción que nos afecta a todos, quién le dará un cambio al negocio de la medicina para que regrese a los estándares del humanismo, cuándo tendremos una verdadera seguridad para dejar de estar enrejados por todos lados, quién será el que pase a la historia por enderezar la justicia y darnos un orden ciudadano.

Colombianos, seamos sinceros con nosotros mismos, no nos engañemos, la economía se desestabiliza y no queremos ver que ese es uno de los pilares fundamentales para sostener una Democracia y será un tema crítico cuando se empiece a dar cumplimiento de todo lo pactado en la Habana, porque en últimas Santos ya estará de vacaciones.

En 3 días tendremos que tomar una decisión, que nos va a llevar luego de la euforia descomedida a la reflexión cabizbaja donde fuimos nuevamente engañados, por qué quien ocupe el cargo de Presidente por nuestros votos no es un dios, ni un mago, es un hombre que recibirá un país con un diagnóstico bastante delicado que se mueve en la balanza de la ingenuidad y del oportunismo colectivo y desmedido por culpa de todos.

Mientras eso ocurre, solo hay 3 días para reflexionar y decidir correctamente por quién debemos votar, para ver si algún día nos sentiremos verdaderamente orgullosos de tener un Presidente.

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr” (soy ciudadano)

4 comentarios:

  1. Bueno Carlos pues vamos a las urnas con fe de que este nuevo gobierno haga así sea un poquito bueno por el país, pues como tú dices el nuevo mandatario no es un Dios ni un mago, solo es un hombre con valentía y desicion para llevar las riendas de nuestro pais: esperemos haber que pueden mejorar independiente del que logré la victoria.

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  2. SI cursito la realidad es difícil de cambiar con maquillajes políticos. Votar por el menos clientelista y hacer del oficio político al modelo
    de Suecia, sería lo ideal

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