Observar a Gustavo Petro ondeando la bandera del M19 y sonriendo de manera burlesca frente a todos los colombianos y en las cámaras internacionales, expresando “la bandera no se puede quedar debajo de la cama toda la vida”, exhibiendo además la espada de Bolívar como triunfo después de que, entre otros, “él y su grupo de bandidos se la robaran”, y peor aún, estar sentado en la silla del Palacio de Nariño cual presidente, nos debería dar vergüenza a todos.
Primero, porque 40 años después de la toma
guerrillera y terrorista del magnicidio del Palacio de Justicia de 1985 por
parte del M19, grupo guerrillero al que él pertenece, los grupos de bandidos
guerrilleros llamados FARC, ELN y M19 siguen vigentes generando terror, pánico
y zozobra en las ciudades y en el campo colombiano, con el agravante de
continuar secuestrando no solo a la justicia, a los ciudadanos, sino también a
grandes grupos de soldados en cumplimiento de su misión, equipados y armados al
interior del país, secuestrando menores para sus filas y relacionados tan cual
como aquella vez con el narcotráfico.
Segundo, la balanza de la justicia quedó
inclinada hacia el lado militar y policial, o sea, los que enfrentaron a los
bandidos. ¿Y los guerrilleros del M19 que? Terroristas doblemente indultados y
perdonados, “sin verdad, justicia, reparación y no repetición”, pero con la
enorme vergüenza de que el expediente jurídico del Palacio de Justicia de miles
y miles de archivos en cajas y cajas fue robado y nadie sabe cuándo o por
quién.
Tercero, el país vive igual o peor que hace 40
años, más indiferente, menos educado en materia política, más violento, más corrupto, con el narcotráfico
desbordado, desertificado y sin apoyo de los gobiernos aliados como EEUU, un
gobierno desprestigiado, con un brazo armado y otro político en el congreso por
parte de las, el renacimiento político del M19 y
seguramente ya armado gracias a Petro y once millones de colombianos que votaron por un Pacto Político que dejará otros 40 años de historia negra para la nación
si no logramos salir de ella en el 2026.
Cuarto, existe una enorme cantidad de personas ignorando
los hechos, medios de comunicación difundiendo y relatando sobre el tema del
palacio… que solo ratifican y evidencian de todas las formas habidas y por
haber que de nada sirvió el esfuerzo de miles y miles de personas que murieron
en estos 40 años que seguramente gritaban como el coronel Plazas “defendiendo
la democracia, maestro”; cuánta sangre derramada y aún la lección no está
aprendida.
Si los muertos pudieran ver lo que estamos
viviendo actualmente, se estarían preguntando: ¿de qué sirvió nuestra muerte en
el Palacio de Justicia? La respuesta podría ser simple y contundente:
murieron hace 40 años en vano, injustamente, por la debilidad política, militar
y social del momento frente a los terroristas del M19.
Ese estado sociopolítico vivido en 1985 es el que atraviesa hoy el país, pero con la pésima reputación de tener a uno de los delincuentes guerrilleros del M19 que tuvo responsabilidad directa hace 40 años con la toma guerrillera, como presidente de Colombia, viviendo con la plata del pueblo, dañando la reputación de la fuerza pública, atropellando la separación de poderes y entregándole a los bandidos el país políticamente, económicamente y socialmente, actuando como el cáncer lenta y progresivamente; poco a poco, así como la serpiente se traga a un indefenso cordero. ¿No les parece un tema vergonzoso?
“El camino puede ser difícil, pero con su
ayuda lo podemos lograr”. “Soy ciudadano”.
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