viernes, 8 de marzo de 2024


Si los hombres comprendiéramos, como un microscópico óvulo permite de manera sabia el ingreso de un diminuto espermatozoide, dando paso a la espectacular acción de la fecundación, cumpliendo un proceso maravilloso para darles la vida durante nueve meses y luego con mucho esfuerzo darlo a luz, creo que comprenderíamos mucho más el valor de una mujer.

 

Llegar como el cachorro más torpe del planeta, para ser atendido por una o varias mujeres en su mayoría denominadas abuelas, tías, hermanas, vecinas o niñeras para que lo ayuden, desde amamantarlo con el elixir de la vida hasta limpiarle la cola, entenderíamos entonces que Dios primero creo al hombre, pero lo acompaño del ser extraordinario que llamó, mujer.

 

Ellas, las mismas que son sutiles, frágiles, amorosas, muchas veces cántaletosas, alegres, fuertes, trabajadoras, sencillas y complicadas, tiernas, seductoras e inteligentes; ellas son las que nos reciben con el corazón abierto de emociones y sueños, con la sinceridad de su alma y con la libidinosidad de su cuerpo, esperando de nosotros comprensión, buen trato y cariño, compañía y seguridad.

 

No sé cómo te sientas tú, en tu papel de hombre, pero yo, doy gracias a Dios por haberme bendecido colocando a muchas mujeres a mí alrededor, abuelas, madres, esposa, hijas, hermanas, novias, amigas, cuñadas, ahijadas, sobrinas, maestras, suegra, jefas, primas, tías, madres adoptivas, compañeras de trabajo y hasta defensoras, todas han colocado un grano de arena en mi formación como hombre, en mi comprensión de la vida, en la proyección de objetivos, el cumplimiento de los mismos y la fortaleza en el camino.

 

Creo que nosotros los hombres, jamás debemos olvidar el alto valor de una mujer en su calidad de progenitora, misma que nos acompaña con sus lágrimas al nacer y también al morir, las que oran por nosotros y se sacrifican muchas veces para nuestro bienestar y hasta dejan de comer para darnos el pan que les toca.

 

Respetadas mujeres, hoy en su día, debo elevar una mirada al cielo y gritarle al señor, gracias padre por haberme bendecido tanto al darme por maestras a muchas mujeres en mi vida, hoy te pido para ellas muchas bendiciones y maravillosos días, espero ser digno al expresar, a ellas les debo casi todo en mi vida.

 

 “El camino puede ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” “Soy Ciudadano”



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