¿Qué hacer en Semana Santa?

Es posible que muchas personas no sepan cómo comunicarse con Dios y agradecer en esta Semana Santa. Es posible que este tiempo sea visto como un tiempo para vacacionar por algunos y para otros seguramente será de trabajo y esfuerzo, pero lo importante desde mi punto de vista es que sepamos qué hacer en estos tiempos, sobre todo cuando no hay dinero y los problemas nos acompañan todos los días; he aquí algunos consejos:

Primero: Salga al campo y conéctese con la naturaleza. Ojalá pueda ir a una cascada o río, quizás al mar. Encuentre ese lugar que le demostrará que usted, al igual que yo, somos pequeños, casi ínfimos, frente al poder de la naturaleza, la flora, fauna, montañas, etc. Dése la oportunidad de entender que no fue el hombre el que construyó este mundo maravilloso y es posible que usted entienda que existe un ser superior a usted.

Segundo: Aproveche el tiempo para leer, organizar todo su entorno, sus cosas y de pronto hasta su vida; elabore su proyecto de vida, analice lo que ha hecho y lo que le falta por hacer, escriba un listado de todo lo bueno que ha podido o recibido de la vida y allí verá la grandeza del Señor que lo trajo a la vida.

Tercero: Tómese un tiempo para hojear la Biblia, vea las películas que nos recuerdan todo el legado que está escrito en ella, ore (pida perdón, agradezca y pida lo que necesita); seguramente Dios lo escuchará y le concederá todo lo que con fe usted le pida.

Cuarto: Asista a las actividades de su iglesia, católica o cristiana, o a la que pertenezca, y si no tiene una, solo por curiosidad asista a una de esas actividades; estoy seguro de que alguna enseñanza le dejará o alguna inquietud sobre lo divino que allí encontrará.

Por último, si no desea saber nada de esta semana porque está muy ocupado o las labores no se lo permiten o simplemente no cree, solo gritale al mundo que usted es un ser humano y fue hecho a imagen y semejanza del hijo de Dios, ese que murió en estos tiempos hace miles de años por nosotros y desea lo mejor para nosotros, y usted y los suyos son uno de ellos. Cuando grite, saque todo lo que lo atormente, exhale e inhale y sonría porque, aunque usted no lo crea, Dios siempre estará a su lado protegiéndolo y diciéndole: "Te amo, hijo mío".

 “El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr”. “Soy ciudadano”.