jueves, 18 de agosto de 2022

Un reconocido periodista de afinidad petrista con mucha experiencia, ante la no asistencia de Petro al reconocimiento del mando el pasado 16 de agosto expresó, “no sé por qué hay tanta sensibilidad, como muy sensibles, como que no se pueden tocar, como si los militares fueran la jarrita de cristal en nuestro país, si el señor presidente no podía por alguna circunstancia se cancela y listo, yo a veces siento como mucha cosa, mucha cosa, los del valle decían que es una falta de respeto, no sé, no sé, pendejadas pendejadas”. 

Desde una mirada analítica en el tema, esas “pendejadas” que se ejecutan históricamente y exclusivamente en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, tienen connotaciones nacionales e internacionales. 

Para empezar, la ceremonia es programada y planeada por la Presidencia de la República y se invita a medios de comunicación, militares activos en especial la denominada cúpula entrante y saliente, se disponen de un mínimo de mil hombres que representan a las Fuerzas Militares como un destacamento, se invita al cuerpo diplomático y consular entre muchos otros, que figuran en el protocolo de palacio y aunque para muchos no les parezca, si es una falta de respeto la no asistencia y cancelación injustificada 45 minutos antes del evento como si se tratara de una cita odontológica, cuando todos ya estaban en las instalaciones del alma mater militar. 

Para los que no recuerden, el reconocimiento del mando como se conoce este tipo de ceremonias para el presidente, es nada menos y nada más que el acto público frente al país y la comunidad internacional que lo faculta constitucionalmente a él en cumplimiento de los artículos 188 y 189 numerales 4, 5 y 6 pero en especial el número 3 que expresa “Dirigir la Fuerza Pública y disponer de ella como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República”. 

Por consiguiente, el presidente solo asiste a dos actos que lo invisten de autoridad, la posesión ante el Congreso de la República y la disposición de los militares que lo reconocen como su máximo comandante y allí asume el mando de las tropas. 

Esta ausencia deja sin lugar a dudas, críticas y muchas conjeturas si se parte de las preguntas ¿Qué había más importante en la agenda presidencial que impidió su asistencia? ¿Dónde estaban todos los implicados en esta actividad del gobierno asesorando al presidente? ¿Fue una actitud caprichosa y premeditada del mandatario? Cada quien podrá responder estos cuestionamientos a su acomodo y alineación política, pero lo cierto es que no fue, una “pendejada”, quedó mal. 

Van cinco mensajes claros que hace el presidente de izquierda hacia la Fuerza Pública, uno la orden de llevar la espada que su movimiento M19 se robó a la ceremonia de posición, dos la separación de la policía del Ministerio de Defensa, tres, el retiro de 52 generales, cuatro la no asistencia al acto público y salir como los niños que no van al colegio con excusas triviales “me dolía la barriga” y quinto la amenaza a los folios de vida por hechos ajenos a su capacidad de control. 

Lo cierto es, que para una persona como él, que desempeñó dos periodos en la cámara de representantes y dos en el senado, Alcalde mayor de Bogotá y constitucionalista, sería imposible pensar que no haya dimensionado la trascendencia e importancia del acto público al cual debió asistir, si es un verdadero conocedor del sistema democrático en Colombia. 

Otra cosa sería, pensar que actuó de manera rebelde como parece que es su esencia o revanchista, por haber sido detenido en el pasado por la Justicia Penal Militar y encarcelado en la Escuela de Caballería, aquí se impuso su voluntad y sencillamente dejó a todo el mundo esperando; los rumores de pasillo dicen que así fue su alcaldía y lo demostró también en la pasada reunión de alcaldes. 

Para afianzar el anterior concepto, se tiene como argumentación el nombramiento de sus ministros que sobrepasan la edad 70 años como por ejemplo Hacienda, Agricultura y Relaciones internacionales estando inmersos en situaciones especiales de la ley 1821 del 2016, u otros nombramientos por inhabilidades en conflictos de intereses, aquí ya inicia una demostración de su incumplimiento a la promesa pública de respetar la constitución y la ley en el pasado 7 de agosto. 

Propicia oportunidad para contextualizar ¿Dónde estarán esos militares y policías que se aferraron al Pacto Histórico en el momento de asesorar al presidente para que visualice con profundidad y detenimiento las consecuencias de sus actos? Definitivamente, estos temas van más allá de unas simples “pendejadas” porque trascienden en el ejemplo, respeto, la moral, las buenas costumbres y la imagen de un país y los colombianos.   

“El camino puede ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” soy ciudadano. 


4 comentarios:

  1. Aunque se sabe que el presidente es el primero al mando es muy importante seguir el protocolo de presentación pero como dice el dicho popular aunque el mono se vista de seda mono se queda

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  2. No siempre el revanchismo estúpido hace cambiar el protagonismo que hacen personajes de esa estirpe, amigo. Dios guarde a Colombia.

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Virgen de la Milgrosa -
Cerro El Cundí
(Santa Marta - Colombia)

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