viernes, 9 de mayo de 2025

Hablando del PAPA…


La muerte de Francisco nos debe recordar que, como seres humanos, al igual que el delegado de Dios, todos algún día nos iremos de la tierra, y seguramente daremos paso a las nuevas generaciones, como es el caso de nuestro nuevo guía católico para la tierra, el papa León XIV. A su vez, comprender que la iglesia se mueve por teorías, filosofía, investigación, historia, experiencias, creencias, líneas políticas e ideológicas, que se renueva constantemente acorde a los cambios de la sociedad y el avance del mundo.

La iglesia sigue siendo un actor político fundamental para las buenas o malas relaciones del mundo, que también se mueve bajo intereses y conveniencias, tema que no está mal si comprendemos su permanencia y continuidad en el tiempo. Es por ello que, como ciudadanos, debemos profundizar un poco más allá de lo que podemos ver en los procesos del cónclave, la elección y acto de posesión de un cardenal que se convierte en papa.

Entender cuál es nuestro propósito de vida, qué legado vamos a dejar cuando nos vayamos, cómo son nuestros actos bajo la fe católica, qué estamos haciendo para servir, cómo formamos a las nuevas generaciones y cómo actuamos bajo nuestra responsabilidad como ciudadanos son, entre otros, los temas que deberíamos atender cada vez que estos actos solemnes se presentan en el mundo.

Y ¿cómo no referenciar un tema de mucha relevancia para Colombia? En la reciente y pública ceremonia donde el papa realizó su primera aparición, los medios de comunicación del mundo entero, como dijo Noticias Caracol, más de seis mil periodistas presentes, los asistentes con mucho orgullo portaban las banderas de sus países, todas como son conocidas a nivel mundial acorde a la vexilología, pero con la colombina no fue así.

Esa bandera que representa al Estado (territorio, población y gobierno) es un tricolor de color amarillo, rojo y azul, SIN ESCUDO; lo coloco en mayúscula para connotar que la bandera cuando lleva escudo y borde rojo representa a la bandera de guerra que utilizan las fuerzas armadas de Colombia; no es la identidad de la nación.

Sin embargo, los colombianos, día tras día, con la venta de banderas con escudo hasta en los semáforos, confundimos una bandera con la otra, que, sin darse cuenta y un tanto distraída y medio ignorante, han contribuido a distorsionar la identidad de los símbolos patrios, en especial nuestra bandera, y de paso la del país ante el mundo. Todos estos detalles van generando cambios significativos que afectan a esta bella patria en actos públicos como la llegada de un papa.

 “El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr”. “Soy ciudadano”.


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