miércoles, 26 de julio de 2017


Ser aportante económicamente del club militar durante los últimos 30 años, me permite expresarme sobre la problemática que tiene uno de los escasos activos reales que tenemos los militares, sin embargo no busco juzgar o señalar a nadie, pero si presentar mis preocupaciones por considerar el club un hogar en Bogotá.

Pero antes, expreso públicamente mis agradecimientos a las personas que durante años de manera cordial y respetuosa me han servido en tan importante organización, en especial, a todos los de bajo nivel de responsabilidad que siempre muestran a pesar de las dificultades los más altos niveles de servicio y cordialidad hacia los usuarios.

Pues bien, no hay discusión alguna para los que visitamos el club año tras año, que el sistema de mantenimiento ha disminuido notoriamente en todo sentido, pintura, limpieza, aseo, mini bar, cocinas, cortinas, y duchas entre otros, reflejan un alto nivel de decaimiento.

Hoy los chismes de salón critican y despellejan a un General aparentemente por un desfalco y mala administración, pero resulta que el club es administrado por un consejo directivo encabezado por Generales Comandantes de fuerza y el Viceministro de defensa para el GSED. Aquí nace la primera preocupación, ¿porque no detectaron las irregularidades a tiempo y actuaron éticamente?

Analizando los pilares de este icono militar, como la misión y la visión, por ninguna parte mencionan algo importantísimo, la correcta administración de los recursos de los asociados (el dinero del cliente) razón de ser del club, toda vez que con ese dinero se sostiene y funciona. Nace aquí la segunda preocupación, ¿si hemos aportado por 30 años porque no somos accionistas y simplemente socios?

En el informe de gestión, existen temas que dejan mucho para reflexionar como por ejemplo: en el 2016 se retiraron 763 socios cifra preocupante para un año. Casi todos los objetivos planteados presentan incumplimientos significativos al cierre, el incremento de las quejas muestra un 55% desfavorables contra un 45% de favorabilidad, el club no es una unidad militar para tener bandera de guerra, su esencia es servicios, no se tiene en cuenta a los socios para las decisiones, y lo que genera la tercera preocupación, ¿cómo logran tener aprobaciones del sistema de gestión de calidad?

El club fue creado por el General Rojas Pinilla a quien le debemos mucho de lo poco que hoy tenemos. Pero que mañana podríamos perder. Los problemas financieros son el producto de las administraciones que han ejercido los Generales del Ejército en quienes se ha confiado. No estaré de acuerdo que los socios deban con cuotas extraordinarias sufragar los desfalcos actuales y mucho menos sin el consentimiento de los asociados, aquí deben aplicar los valores que rezan en sus páginas visibles “honestidad, ética, responsabilidad, transparencia y lealtad” les dejaré la cuarta preocupación ¿entregarán pase de cortesía también a los nuevos senadores de las farc para hacer uso de los clubes? Dignidad, señores dignidad!!

“El camino puede ser difícil pero con tu ayuda lo podemos lograr”

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Virgen de la Milgrosa -
Cerro El Cundí
(Santa Marta - Colombia)

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