Colombia... LA ALARMA ESTÁ PRENDIDA.

En el cuadrante del barrio, en las instalaciones de una Unidad militar, dentro de un avión, en el cuerpo de un ser humano y a nivel mundial, cuando se prenden las alarmas es porque algo está pasando o va a pasar, es un modo de comunicación para alertar a las personas, prevenirlas y buscar que reaccionen oportunamente frente a una situación de peligro.

De esa manera esta hoy la patria llamada Colombia, con las alarmas prendidas por todas partes, a tal punto que se ha generado una anestesia peor que cuando las guerrillas estaban activas en el país, por lo menos antes de la tal paz de Santos estábamos en constante prevención y en un alto grado de alerta a causa de los narco-terroristas de las Farc y Eln.

En la actualidad, todos los indicadores están encendidos, pero no los vemos ni escuchamos o los ignoramos, la gente está distraída, desorientada, confundida, frente a los innumerables sonidos qué las alarmas producen en todo el territorio nacional y en su entorno cercano.

A nivel interno para empezar, está un presidente que ya saborea la retirada triunfal, ya logró su cometido y sale en hombros como los toreros elevado por todos aquellos conspiradores que le ayudaron a pesar de ser realmente chiflado por el país entero, los guerrilleros de las Farc recorren el territorio pavoneándose como príncipes recién coronados, los partidos políticos como cuervos organizándose para llegar a ocupar las curules de lo que será el nuevo gobierno, aquellos que llevan la bandera de la izquierda fortaleciéndose para dominar al país y lo peor aún, el noble pueblo más desubicado que nunca.

A nivel externo, los indicadores no son alentadores, las sillas de las embajadas y consulados en su mayoría están ocupadas por los favores entregados al presidente, dejando como siempre una débil política exterior, los inversionistas y analistas ya ven con pesimismo invertir cualquier cosa en el país, su calificación paso a BBB-,  la alta migración de venezolanos, cubanos y extranjeros ven a Colombia como la solución a sus amplios intereses nefastos, la deuda externa como lo muestran los economistas va en aumento, el país se mantiene en el primer lugar de exportación de drogas y solo nos preparamos para asistir al mundial de fútbol del 2018 en Rusia.

Por lo anterior, las alarmas suenan y suenan sin parar, por todas partes, en todas las ciudades y en las fronteras, sin que los colombianos perciban que algo inminente esta por ocurrir y los conducirá al borde de un colapso irreversible, como un cáncer que ya hizo metástasis.

El presidente se limpió los zapatos con la opinión del pueblo, si a él no le importó no me imagino los abusos de su camarada “Timochenco”, los carteles de las drogas deben estar comprando las conciencias para estar fuertes en el Congreso, las “disidencias” que no existen de las Farc reunidas para atacar en el momento apropiado a órdenes de sus líderes del brazo político, los militares cambiando su pensamiento ideológico para continuar a órdenes de un traidor y los cubanos militantes del castrochavismo como buitres listos para cogobernar.

Lo más triste, es que el soberano pueblo no podrá decir que nadie advirtió, porque en últimas, son ellos los que eligen escuchar o no los inquietantes y estruendosos sonidos de las trompetas del apocalipsis.

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr”