
Colombia, un país de mucha violencia y de muchos cambios sociales, políticos y lógicamente militares, donde año tras año mantiene a sus Fuerzas Militares en los primeros lugares de respaldo como lo muestran las encuestas, cualquier noticia que tenga incidencia con el Ejercitó llamara la atención y formulará cuestionamientos de aquellos que los respaldan.
La verdad, no se sabe que pretendían los medios publicando la noticia de los ocho generales, deja varias hipótesis sin resolver como por ejemplo: ¿será que desean mostrar un ejército dividido? ¿Un enfrentamiento entre los señores Generales que cualquiera pensaría que funcionan de la mejor manera por aquello de la obediencia debida, la antigüedad y el respeto? ¿Un verdadero desacuerdo entre el señor General Mejía y sus subalternos por no identificarse con su mando? o ¿Un desacuerdo con el recién nombrado Comandante del Ejército? Estos y muchos más interrogantes quedan fuera del tintero.
Lo cierto es, que frente al proceso de paz del actual presidente de los colombianos, cualquier cosa que pase al interior de la Fuerza Pública debe preocuparnos, cada día el país va mostrando matices diferentes de cambio, los guerrilleros se volvieron santos, los Santos que aparentemente fueron guerreristas se volvieron pacifistas y casi socialistas, el Senado y las cortes que ejercían su poder para contrarrestar el terrorismo, se volvieron permisivos y laxistas, y no se puede llegar a pensar que las Fuerzas Militares pierdan su rumbo patriótico y se conviertan en bolivarianistas.
Lo que si debe quedar claro, es que la actual Fuerza Pública y la institucionalidad son un recurso histórico inmaterial que debemos proteger a capa y espada, porque ha demostrado de todas las formas ser el único bastión o punta de lanza que aun defiende la democracia y los intereses generales de la sociedad que los admira, los apoya y les permite su existencia.
Sin embargo, a los señores generales que tomaron su decisión los espera una fuerza aún más grande en Colombia, la Reserva Activa, donde tarde o temprano todos llegarán, por el momento se debe respetar la decisión que los militares tomaron después de hacer mínimo por 30 años un juramento de defensa a la bandera, sin embargo, queda una incertidumbre por qué ninguno de ellos se ha pronunciado a la fecha, lo cierto es que la duda quedó en la mente de los colombianos demostrando de que algo pasa al interior de tan importante institución.
“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr”
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