
No se trata de generar pánico y mucho menos de amedrentar a la sociedad, se trata de comprender que el presente es turbulento cuando se observa un sistema político que aplasta de todas las maneras al pueblo, que explota sus riquezas, que demuestra tener una alta corrupción en todos los niveles, que el presidente actual con el más alto descaro e irrespeto hacia la dignidad del país proyecta un falso futuro de tiempos perfectos.
No es un capricho elevar las pancartas del NO a las FARC en el gobierno, aceptar tal injusticia, es aceptar que no existió para el país una historia marcada con ríos de sangre, de maltrato desbordante, de violación a los Derechos Humanos hasta la saciedad, de una injusticia social predominante y de una barbarie que el presidente y su gabinete de la manera más sucia y baja pretenden ignorar al utilizar los dineros del pueblo para entregárselo a un puñado de parricidas que violaron consuetudinariamente la dignidad humana de la sociedad.
Decirle SI a la PAZ, significa ser consciente de lo que se va a decidir en las urnas, es el inicio a la exigencia de un trato digno a la comunidad votante y a la no votante como a la Fuerza Pública quien fuera la que colocó la máxima cuota de sacrificio para hacer respetar el derecho inviolable de la vida en comunidad, decirle si a la paz con inteligencia y conciencia es elegir lo correcto precisamente para decirle NO a las pretensiones impuestas por el pésimo burgomaestre que tiene el país actualmente y que de forma satánica conduce a la nación hacia un futuro turbio e impredecible.
Colombianos, decirle NO a las guerrillas parricidas es decirle SI a la dignidad propia, es elegir ser libre como ciudadano antes que encadenar nuevamente la conciencia y darle continuidad a un sistema político canalla, es romper las cadenas del arrodillado pueblo ignorado y menospreciado por los que gobiernan, significa retomar la autoridad comunitaria y empezar a extirpar el cáncer que conducirá al país hacia una nueva ola de violencia como consecuencia de los abusos y los atropellos que se observarán cuando se despierten del inimaginable sueño de la ignorancia política.
He aquí, porque es mejor decir a tiempo NO a las FARC en el poder, NO a la continuidad de unos líderes ventajosos en la Presidencia y el Senado, NO a la burla constante de la manipulación política de los partidos hacia el pueblo y SI al bien principal de cada individuo, la dignidad humana que lo conducirá hacia la paz permanente, “todos los colombianos tenemos un don: El de devolverle la dignidad al país”.
“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr”
Excelente y muy real el editorial.
ResponderEliminargracias por su comentario
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