
Como lo anterior es una realidad entonces vienen las siguientes inquietudes, en un alto porcentaje fuimos formados con base a principios y valores que vienen de generaciones antiguas, donde aspectos como el saludar, ser cortés, elegante, organizado, amable, honesto, sincero y respetuoso eran entre otros acompañas de la urbanidad, cívica y el patriotismo las bases fundamentales para la evolución correcta del país, parece que funcionábamos cerebralmente.
Sin embargo, tal parece que el desarrollo, el avance tecnológico, la evolución económica y la mala interpretación del libre albedrío nos está haciendo actuar de manera visceral, la sociedad se destruye a si misma de una manera irracional, el bien común se perdió, la viveza y el egoísmo aflora en todas partes, somos jueces inquisidores a la hora de tratar los problemas, se ha perdido en muchos niveles el bonito detalle de saludar, el no arrojar basuras, el administrar bien los recursos naturales que tenemos aún a pesar de saber que cada día se acaban, maltratamos al reino animal y vegetal sin piedad como si ese fuera el camino a la felicidad.
Pero lo más desafortunado es que nos volvimos de hierro, inhumanos, con el corazón de piedra y con la magnificencia de la indiferencia individualista, nada nos conmueve, nada nos convence al cambio, nada nos lleva a desacelerar el ritmo, analizar lo que nos pasa y reorientar el rumbo de nuestra sociedad, existen quienes creen que perdimos el rumbo, la fe, el norte o quizás nuestra verdadera identidad como seres humanos, pero porqué atrevernos a pensar estas cosas.
Simplemente porque estamos siendo atacados sin darnos cuenta, parecemos robot desde la mañana hasta la noche día tras día, la familia se está desquebrajando, los hombres quieren ser mujeres y las mujeres hombres, los niños ya no son niños, y ya no sabemos quién es el vecino, es mentira que el problema es educación, éste pueblo ya no es analfabeta educativamente, considero que simplemente se nos olvidó a qué vinimos, en dónde estamos y para dónde vamos.
Mientras esto ocurre, el tiempo sigue corriendo a pasos agigantados, los años devoran la posibilidad de nuestros sueños, las personas más despiertas se aprovechan mientras los más distraídos sin darse cuenta se envejecen; muertes, atracos, robos, corrupción, narcotráfico, violencia, impuestos, y politiquería, pareciera que no hay en quien confiar, pienso que dejamos a un lado el cerebro y dimos paso a las vísceras para dirigir no solo nuestro cuerpo sino el presente y también el fututo del país.
Carlitos creo que no he leído algo que ahora sí me llene tanto como esto q acabas de publicar, pero sobretodo que me de tanta tristeza al reconocer y saber que es la triste realidad... A ver si DESPERTAMOS.
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