viernes, 1 de marzo de 2019


Grafiti en las calles de Caracas 
El pueblo de Venezuela merece mi respeto como todos los pueblos del mundo, sin embargo es para ellos que dedico este artículo, y expreso que no podemos imitarlos precisamente porque son los pueblos los que hacen que un Estado surja o se debilite por sus propias acciones o por su alta indiferencia.

Hoy somos noticia mundial, todos los periodistas y las Naciones del mundo miran hacia Sur América no por el avance, el desarrollo, la investigación ó por ser un continente ejemplo a seguir sino por la situación en la que se ve envuelta a causa del vecino país.

Masiva migración que genera dificultades sociales y sanitarias al mundo, una economía con una inmensa devaluación, endeudados con los países del primer orden, una sociedad fraccionada por la división política entre los que son chavistas, fueron chavistas y no fueron chavistas que hoy se identifican con Maduro y con Guaido como los viejos tiempos la derecha débil y la nefasta izquierda.

Con los cubanos como sus asesores y orientadores, los rusos como padrinos y supuestos protectores, los espiritistas en las calles haciendo de las suyas, un veto arbitrario para los medios de comunicación ejerciendo la manipulación local y el bloqueo cada vez que les conviene, una escasez de alimentos y medicamentos que conlleva a los más necesitados a hacer peripecias para conseguirlos y una deshumanización por todas partes con aquellos que usan la camiseta roja por la manipulación tan abismal como si fueran zombis.

Y como si fuera poco y lo más deshonroso, los hombres y mujeres en armas de sus Fuerza Armadas desertando porque ya no encuentran identidad en sus líderes, no encuentran razones para quedarse a proteger a los suyos, ven un panorama tan enrarecido que prefieren dejar las armas y pasar la frontera de sus vecinos, esta acción era de esperarse cuando el chavismo lleva 15 años realizando un cambio ideológico en sus tropas de todas las fuerzas enviándolas directamente en la Habana para que reciban bases ideológicas revolucionarias.

Un millón de milicias medio armadas y medio uniformadas y una inmensa cantidad de barbaros organizados a quienes llaman “colectivos” armados y pagados por el mismo gobierno para defender la revolución de Chaves que comparten luchas espurias con guerrilleros y terroristas de diferentes países.

Venezuela cada día genera un efecto de la olla a presión no solo por su problema interno, ahora tiene involucrado a muchos países en una presión diplomática, a otra tanto sin saber qué hacer y a una mayoría con ganas que se generen cambios en una dictadura no declarada que amenaza la tranquilidad del continente. Como vamos a querer imitar a un país que nos dio ejemplo en la Campaña Libertadora pero que hoy no queda nada de quienes fueron nuestro punto de referencia para avanzar en la historia.

Solo queda esperar que el mismo pueblo reaccione a tiempo, que siga insistiendo en las reacciones y acciones que debería tomar porque nadie peleará por ustedes con las armas como en los tiempos de otrora, ustedes generaron el cáncer y ahora tienen que extirparlo antes que el acabe con ustedes mientras Guaido intenta el apoyo internacional y regresa a su país para definir su suerte.

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr” (soy ciudadano)

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