jueves, 4 de julio de 2019


Existen personas en Colombia y en el mundo que creen que los militares y policías no son víctimas del conflicto con las guerrillas y el narcotráfico e incluso uniformados de todos los niveles que aún se preguntan si son o no víctimas.

Aunque ciertas teorías presenten unos conceptos, la Unidad de Victimas del Gobierno considere otro y las normas legales vislumbren otra orientación, lo cierto es que al preguntarme si los militares y policías de Colombia fueron víctimas del conflicto armado, esta fue mi respuesta:

En los años 90 le pusieron precio a la cabeza de los militares y policías como consecuencia del conflicto con los carteles de las drogas, además las guerrillas realizaban retenes y secuestraban a integrantes de la Fuerza Pública y para protegerse debieron perder su identidad, dejar de mostrarse en público como lo que eran, camuflar la institucionalidad al movilizarse y llegar al colmo de crear historias ficticias para poder desplazarse.

Por su parte las familias se afectaron demasiado llegando a debilitar los conceptos y costumbres que las constituyen, innumerables fueron los hogares destruidos por la ausencia larga de los cónyuges, las mujeres solas entre ellas se acompañaban, algunas aguantaron ese flagelo y otras tomaron nuevos rumbos, muchos hijos crecieron sin padre o se afectaron por los cambios de ciudad y de colegios.

Pero las huellas peores que vivieron fueron las barbaries del conflicto generadas por las guerrillas, tener que recoger a diario muertos, entregarlos a sus familiares, recoger los heridos llenándolos de aliento y sumado a ello recibir las constantes presiones de todo tipo para generar los éxitos.

La sociedad, políticos, comerciantes, gobiernos, periodistas, la iglesia y hasta los gobiernos de otros países se han sentido con la facultad de criticar, señalar e incluso prejuzgar por la acción o la omisión de sus actos frente a un conflicto políticos que la Fuerza Pública no género.

Y que diríamos de las más de 5000 personas que resultaron con lesiones en sus cuerpos, amputaciones, heridas, traumas psicológicos o estrés postraumático y las persecuciones jurídicas, llegando a perder el Fuero Militar en una interminable guerra jurídica, su único escudo protector frente a los actos en el campo del combate donde participaron en su desmonte desde Presidentes de la República hasta Concejales Municipales logrando su cometido.

Mujeres viudas en grandes cantidades, hijos huérfanos de padre, padres sin sus hijos, hombres que no regresaron jamás a casa de quienes aún no se sabe nada, militares y policías además de humillados fueron violados durante su secuestro, son entre otras la gigantesca huella oscura que deja el conflicto colombiano donde considero que desde el más alto de los generales, hasta el últimos de los soldados deben ser hoy tratados con respeto dándoles cabida en las teorías por ser víctimas del conflicto colombiano.
Para mí, todos los uniformados de Colombia son víctimas, primero afectados por los procesos de liberación de la Corona Española y luego enfrentados entre hijos de la misma patria buscando defender a la población de todo tipo de violencia, la misma que no imaginaron cuando les nació en sus entrañas la noble tarea de ser soldado o policía.

"El camino puede ser difícil pero con su ayuda lo podemos lograr"



3 comentarios:

  1. Gracias por expresar en estas líneas, la realidad del conflicto colombiano. Desafortunadamente mientras los soldados defendian nuestra nación, la corrupción a todo nivel penetró en lo mas profundo las instituciones, donde la politiqueria acabo con la escencia del servidor público. Saludos.

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  2. Obviamente los militares y policías han sido víctima del conflicto, muerte de compañeros, asaltos a unidades policiales y militares, restricción en la movilización y descansos, familias solas y sin posibilidades de visitar a sus seres queridos, acuartelamiento permanente, retenes para asesinar policías y militares o para secuestrarlos, ocultar la condición de miembros de las fuerzas armadas para evitar ser ajusticiados, encerrados en los cuarteles esperando ser atacados, el pueblo ni los saludaba para prevenir represalias de los subversivos.

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  3. De acuerdo con tu publicación. Una realidad que desafortudsmente para los mandos activos en la actualidad es políticamente incorrecto llegar a decirlo a los medios.. Esa es la realidad actual de nuestras instituciones sagradas.

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En agradecimiento

Virgen de la Milgrosa -
Cerro El Cundí
(Santa Marta - Colombia)

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