sábado, 15 de febrero de 2020



Un período de Gobierno dura cuatro años, un militar se alista y se prepara para durar mínimo 15, 20, 25, 30 o 35; bueno solo aquellos que ingresamos por vocación, de los otros no doy fe, he aquí la razón por la cual, la carrera de un militar es diferente a muchas otras, entre ellas a la de ser político, el verdadero militar vibra por las palabras Estado, Nación, Sociedad, Seguridad, Defensa, Pueblo y tiene claro que su misión es La Constitución y La Ley.

Llegar a ser Subteniente del Ejército Nacional a los 21 años de edad significó lo siguiente: de los impuestos que pagan los colombianos recibir, uniformes e intendencia, armas y municiones, comida, educación, entrenamiento, viaje geoestratégico, capacitación; una preparación psicológica y física para defender al Pueblo, el Territorio y el Gobierno, los tres elementos básicos del Estado colombiano. En resumidas cuentas a usted.

Cabe resaltar que para la época, el énfasis se hacía en entrenarnos para enfrentar el conflicto de Colombia, todo basado en bases democráticas disciplinadas que hasta el día de hoy no han cambiado.

Sin embargo, luego de los 30 años de servicio que fueron gratificantes y agradecerles a ustedes el desarrollo de una profesión que llevo en el alma, debo confesar que me entristece saber que, en tanto tiempo transcurrido aún no comprenden que somos parte de ustedes, además que trabajamos para la correcta evolución de la sociedad, la economía, la ley, la cultura y todo lo inmerso en los 243 artículos de la constitución que ustedes mismos propusieron.

Bueno este capítulo es para agradecer, más no tanto para reflexionar. Lo cierto es que al terminar el trabajo de formación debo con mucho sentimiento agradecer a todas aquellas personas que hicieron posible mi llegada al primer escalón de la carrera, así: a los honorables civiles, carpinteros, zapateros, sastres, lavanderos, aseadoras, peluqueros, conductores, enfermeros, médicos, cocineros, meseros, secretarias, sacerdotes, profesores, jardineros y a los pocos vendedores de comida; sin ellos la Escuela no podría funcionar.

Especial mención al gran amigo de muchos en la Capilla, el señor Luis Eduardo Caldas QEPD quién colocaba los radiogramas o enviaba cartas, hacía favores y llevaba recados, además de disponer su casa, como “la Casa del Cadete” apoyando a aquellos que más lo necesitaban, todo para recordar a su hijo, el Capitán Caldas que había fallecido en Tolemaida

A los señores soldados de las compañías de Policía Militar, que nos hacían correr para atraparnos y llevarnos a los superiores si estábamos fuera de las aulas, a los de la Compañía de Servicios e Intendencia, que se ocupaban de las tareas de logística y administrativas, entre todos prestaban la  guardia mientras nos dedicábamos a estudio y la capacitación .

A los señores suboficiales que trabajaban en funcionamiento de apoyo y servicio de la Escuela Militar, ellos fueron personas fundamentales tanto en la seguridad como en la parte administrativa, siempre estuvieron atentos a cumplir las órdenes para que todo evolucionara de manera adecuada.

A los Señores Oficiales de planta, todos, de una u otra forma, tenían incidencia en el cumplimiento de la formación, la disciplina, el estudio y la milicia que debíamos recibir, aun si sus actos nos generaban temor, miedos o confianza por su exigencia y rudeza siempre estaba de por medio el generar en nosotros carácter, firmeza y valentía, no por nada seriamos una de las generaciones que más viviría dentro del conflicto colombiano.

A nuestros Alféreces, de quienes podríamos escribir libros de todas las anécdotas que existieron con ellos, entre otras: ponernos hacerles la guardia romana toda la noche alrededor del catre, tirarnos a la piscina en pijama a la medianoche, ponernos a hacer flexiones cuando llegaba una carta de la familia o la novia, ponernos a coger pispirispis, secar el campo de paradas con el casco y la toalla en la madrugada, afeitar una estatua, armar pelotones de cucarrones (poner ordenadamente escarabajos vivos), contar los postes de la luz, corretearnos cuando comprábamos arroz chino por la reja de seguridad en horas de la noche, como si fuera la misión de infiltración más importante de la vida jejeje, voltear y voltear, controlar el aseo y usar todo tipo de humor negro para exigir, enseñar y proteger a sus cadetes de la escuadra, que además de ser sus subalternos en muchísimos casos se convirtieron en sus amigos.

Para los anteriores, mis sinceros agradecimientos, muchos ya murieron, de muchos no sé nada, a otro tanto jamás los volví a ver, pero de lo que si estoy seguro es que todos en conjunto hicieron posible un capítulo especial de mi vida, recibir a un joven inmaduro, soñador y volverme un novato subteniente. El silencio de la capilla de la gran Escuela tiene grabada en la memoria de sus muros  todas las oraciones que hice para aguantar con alegría los obstáculos del momento, estoy seguro de que muchos podrán sentir lo mismo que yo, pero allí en ese monumento hermoso, se forman los oficiales del Ejército de Colombia, Gracias Dios, gracias pueblo de Colombia, mil gracias a todos.     

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr” (Soy Ciudadano)


6 comentarios:

  1. Cordial saludo Sr Coronel Martínez. Leer sus comentarios y anécdotas vividas en transcurso de su exitosa carrera militar no distan mucho de lo vivido por todos los que un día por amor a la Patria ingresamos a servir a nobles ideales de nación, democracia, familia y sociedad. Yo Roosevelt López Benavides estuve bajo banderas 27 años de mi juventud, cumplí, trabajé, aprendí y hoy, llevo 32 años en el retiro sirviendo aún a mi patria, a la Refup y a la sociedad, siempre bajo sellos indelebles de "dignidad",y el más honroso abolengo titulario de soldado rubricado con la impronta más valiosa de un ciudadano, como es el inmaculado "Honor Militar". Un abrazo mi coronel. Roosevelt López Benavides.

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    1. Sinceras felicitaciones mi Sargento Mayor, se de su trabajo y esfuerzo, Dios lo siga bendiciendo

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  2. Gracias a ti, por abrir tu memoria y sacar los mejores recuerdos de tu historia en estas líneas, que lo hacen a uno viajar en tu pasado. Te quiere, Maira.

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  3. Como suboficial en los grados de as y Sv trabaje en el batallon de ASPC No. 19 de la Esmic durante 3 años aprendí y me di cuenta como es que se forman los cadetes y alteres también fui enfermero de los alumnos en los terrenos que hacian en tolemaida

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    1. felicitaciones mi sargento, gracias por su trabajo y vocación y apoyo en la ESMIC

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En agradecimiento

Virgen de la Milgrosa -
Cerro El Cundí
(Santa Marta - Colombia)

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