
Un período de Gobierno dura
cuatro años, un militar se alista y se prepara para durar mínimo 15, 20, 25, 30
o 35; bueno solo aquellos que ingresamos por vocación, de los otros no doy fe, he
aquí la razón por la cual, la carrera de un militar es diferente a muchas
otras, entre ellas a la de ser político, el verdadero militar vibra por las
palabras Estado, Nación, Sociedad, Seguridad, Defensa, Pueblo y tiene claro que
su misión es La Constitución y La Ley.
Llegar a ser Subteniente del Ejército
Nacional a los 21 años de edad significó lo siguiente: de los impuestos que
pagan los colombianos recibir, uniformes e intendencia, armas y municiones,
comida, educación, entrenamiento, viaje geoestratégico, capacitación; una
preparación psicológica y física para defender al Pueblo, el Territorio y el Gobierno, los
tres elementos básicos del Estado colombiano. En resumidas cuentas a usted.
Cabe resaltar que para la época, el
énfasis se hacía en entrenarnos para enfrentar el conflicto de Colombia, todo
basado en bases democráticas disciplinadas que hasta el día de hoy no han
cambiado.
Sin embargo, luego de los 30 años
de servicio que fueron gratificantes y agradecerles a ustedes el desarrollo de
una profesión que llevo en el alma, debo confesar que me entristece saber que,
en tanto tiempo transcurrido aún no comprenden que somos parte de ustedes, además que trabajamos para la correcta evolución de la sociedad,
la economía, la ley, la cultura y todo lo inmerso en los 243 artículos de la
constitución que ustedes mismos propusieron.
Bueno este capítulo es para
agradecer, más no tanto para reflexionar. Lo cierto es que al terminar el
trabajo de formación debo con mucho sentimiento agradecer a todas aquellas
personas que hicieron posible mi llegada al primer escalón de la carrera, así:
a los honorables civiles, carpinteros, zapateros, sastres, lavanderos,
aseadoras, peluqueros, conductores, enfermeros, médicos, cocineros, meseros,
secretarias, sacerdotes, profesores, jardineros y a los pocos vendedores de
comida; sin ellos la Escuela no podría funcionar.
Especial mención al gran amigo de
muchos en la Capilla, el señor Luis Eduardo Caldas QEPD quién colocaba los radiogramas o
enviaba cartas, hacía favores y llevaba recados, además de disponer su casa,
como “la Casa del Cadete” apoyando a aquellos que más lo necesitaban, todo para
recordar a su hijo, el Capitán Caldas que había fallecido en Tolemaida
A los señores soldados de las
compañías de Policía Militar, que nos hacían correr para atraparnos y llevarnos
a los superiores si estábamos fuera de las aulas, a los de la Compañía de Servicios e Intendencia, que se ocupaban de las tareas de logística y
administrativas, entre todos prestaban la guardia mientras nos dedicábamos a estudio y la
capacitación .
A los señores suboficiales que
trabajaban en funcionamiento de apoyo y servicio de la Escuela Militar, ellos
fueron personas fundamentales tanto en la seguridad como en la parte
administrativa, siempre estuvieron atentos a cumplir las órdenes para que todo
evolucionara de manera adecuada.
A los Señores Oficiales de
planta, todos, de una u otra forma, tenían incidencia en el cumplimiento de la
formación, la disciplina, el estudio y la milicia que debíamos recibir, aun si
sus actos nos generaban temor, miedos o confianza por su exigencia y rudeza siempre
estaba de por medio el generar en nosotros carácter, firmeza y valentía, no
por nada seriamos una de las generaciones que más viviría dentro del conflicto
colombiano.
A nuestros Alféreces, de quienes
podríamos escribir libros de todas las anécdotas que existieron con ellos,
entre otras: ponernos hacerles la guardia romana toda la noche alrededor del
catre, tirarnos a la piscina en pijama a la medianoche, ponernos a hacer
flexiones cuando llegaba una carta de la familia o la novia, ponernos a coger
pispirispis, secar el campo de paradas con el casco y la toalla en la
madrugada, afeitar una estatua, armar pelotones de cucarrones (poner
ordenadamente escarabajos vivos), contar los postes de la luz, corretearnos cuando comprábamos
arroz chino por la reja de seguridad en horas de la noche, como si fuera la
misión de infiltración más importante de la vida jejeje, voltear y voltear,
controlar el aseo y usar todo tipo de humor negro para exigir, enseñar y
proteger a sus cadetes de la escuadra, que además de ser sus subalternos en
muchísimos casos se convirtieron en sus amigos.
Para los anteriores, mis sinceros
agradecimientos, muchos ya murieron, de muchos no sé nada, a otro tanto jamás
los volví a ver, pero de lo que si estoy seguro es que todos en conjunto
hicieron posible un capítulo especial de mi vida, recibir a un joven inmaduro,
soñador y volverme un novato subteniente. El silencio de la capilla de la gran Escuela
tiene grabada en la memoria de sus muros todas las oraciones que hice para aguantar con
alegría los obstáculos del momento, estoy seguro de que muchos podrán sentir lo
mismo que yo, pero allí en ese monumento hermoso, se forman los oficiales del
Ejército de Colombia, Gracias Dios, gracias pueblo de Colombia, mil gracias a
todos.
“El camino puede ser difícil,
pero con tu ayuda lo podemos lograr” (Soy Ciudadano)
Cordial saludo Sr Coronel Martínez. Leer sus comentarios y anécdotas vividas en transcurso de su exitosa carrera militar no distan mucho de lo vivido por todos los que un día por amor a la Patria ingresamos a servir a nobles ideales de nación, democracia, familia y sociedad. Yo Roosevelt López Benavides estuve bajo banderas 27 años de mi juventud, cumplí, trabajé, aprendí y hoy, llevo 32 años en el retiro sirviendo aún a mi patria, a la Refup y a la sociedad, siempre bajo sellos indelebles de "dignidad",y el más honroso abolengo titulario de soldado rubricado con la impronta más valiosa de un ciudadano, como es el inmaculado "Honor Militar". Un abrazo mi coronel. Roosevelt López Benavides.
ResponderEliminarSinceras felicitaciones mi Sargento Mayor, se de su trabajo y esfuerzo, Dios lo siga bendiciendo
EliminarGracias a ti, por abrir tu memoria y sacar los mejores recuerdos de tu historia en estas líneas, que lo hacen a uno viajar en tu pasado. Te quiere, Maira.
ResponderEliminarGracias Maira, gracias por leerme y comentar, fuerte abrazo
EliminarComo suboficial en los grados de as y Sv trabaje en el batallon de ASPC No. 19 de la Esmic durante 3 años aprendí y me di cuenta como es que se forman los cadetes y alteres también fui enfermero de los alumnos en los terrenos que hacian en tolemaida
ResponderEliminarfelicitaciones mi sargento, gracias por su trabajo y vocación y apoyo en la ESMIC
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