
Con el Comandante de la Brigada, tuve que viajar a la Uribe Meta, allá teníamos agregado operacionalmente al Batallón de Contraguerrillas No 12, hombres que llevaban 10 meses sin salir de permiso, sin ver a sus familias, sin pago (no había cajeros, no tenían cuentas bancarias, ni tarjetas para la fecha) el sistema de pago era en efectivo, el dinero lo retiramos desde Villavicencio y se trasladó en helicóptero en tulas para pagarle a los valientes hombres que estaban en operaciones enfrentando las amenazas de las FARC y seguidamente saldrían de permiso; esos oficiales, suboficiales y soldados daban tristeza, los uniformes rotos y dañados, algunos enfermos, con botas bastantes remendadas, ese era nuestro Ejército Nacional y aun así esos hombres actuaban con vocación.
Todo militar que estaba en la Uribe vivía bajo tierra, y yo no fui la excepción, quién salía se exponía a ser asesinado, la guerrilla tenía asediada la presencia de las tropas, con franqueza, la población por temor no denunciaba y los guerrilleros estaban camuflados en medio de ellos, disparaban de cualquier parte, salir o entrar de la calle tenía que ser bajo un planeamiento de seguridad que involucraba a muchas personas y riesgos, por lo tanto, era necesario vivir en zanjas de arrastre y búnker con sacos terreros, el escenario parecía una película americana al mejor estilo de la Guerra del Vietnam.
Días después, salimos en tres helicópteros rumbo a Granada Meta, (dos artillados y uno de trasporte de personal) yo estaba en el de trasporte, durante el desplazamiento se detectó la presencia de la guerrilla de las FARC, habían montado un retén ilegal sobre la carretera y mientras avanzábamos los dos artillados fueron a cumplir la misión de ametrallamiento, al BELL 212 se le trabó la ametralladora y mientras hacían el relevo con el HUGHES 500 le dispararon a la aeronave alcanzando a asesinar en vuelo al Subteniente William Ortega Portilla del curso 64, copiloto de la Fuerza Aérea Colombiana que llevaba apenas un mes de lograr su autonomía de vuelo.
A la aeronave BELL212 le ingresó un solo impacto de fuego, y por situaciones de la vida pasó por un pequeño ángulo que existía en la aeronave entre el espaldar de la silla y la protección corrediza blindada del lado derecho del helicóptero, el piloto y el técnico al aterrizar de emergencia en Apiay Meta estaban traumatizados, nada pudieron hacer por el joven copiloto, las FARC lo habían asesinado, ese día comprendí que todo es la voluntad de mi Dios (el día que mi Dios dice sube, subes) eterno descanso a mi Subteniente. De allí regresamos a Florencia.
Florencia y el Departamento, siempre ha estado lastimado por el narcotráfico, históricamente la violencia, las guerrillas y la impunidad se han evidenciado, todo se percibía en el ambiente, la gente vivía con miedo, temor y solo para contextualizar allá existan mejores discotecas que en la propia Bogotá, vaya si eran elegantes…, en ese entonces estaba de moda la canción “Mujeres Divinas” de Vicente Fernández y en las pantallas gigantes se reproducían los videos del cantante. Una de estas discotecas fue quemada y se comentó que fue ajuste de cuentas entre narcotraficantes.
El Ejército de Colombia pasaba por momentos difíciles en el ámbito logístico y ese factor afectaba directamente a las Comunicaciones Militares mí especialidad, por ende, a las tropas que realizaban las operaciones adscritas en esta región, toda vez que las características del terreno como la selva, las cordilleras, valles y llanuras obstaculizan la buena comunicación especialmente en las operaciones, no fue fácil, teníamos el agravante que los radios no tenían seguridad de voz y cualquiera con una básica tecnología podía escucharnos, entre ellos las FARC y mucho más los carteles del narcotráfico.

Este año logré comprender mucho más la misión del Ejército en su relación directa con la Comunidad, como también fungía en el campo de las operaciones sicológicas me enviaron desde Florencia con una Escuadra de Soldados por tierra para Villavicencio a capacitarme en un tema diferente, en Neiva se unieron los de la Novena Brigada y en Bogotá los de la Décima Tercera Brigada, todos en un camión color verde plenamente identificado con la bandera de Colombia; y por último se agregaron los de la Séptima Brigada en Villavicencio.
Unidos daríamos creación a los Equipos Móviles de Acción Sicológica EMAS, bajo la dirección del entonces Mayor John Marulanda Marín quién para la fecha hacia parte del Comando General de las Fuerzas Miliares, allí se aprendió mucho y jamás olvido que el Acto de Graduación del Curso se realizó frente a los alumnos del colegio INEM de Villavicencio cumpliendo el papel de Maestro de Ceremonias de todas las funciones, definitivamente aprender es vivir.
En lo personal, la dinámica militar hace cambiar rápidamente, no es que se cumpla el viejo adagio de los marinos “en cada puerto un amor” no, la novia que iniciaba en Montería el tiempo, el trabajo, la distancia, el poco dinero y las limitaciones para comunicarse hicieron que se quedara en el pasado y en el presente una nueva oportunidad se había presentado y casi de inmediato quedaría en la cuerda floja por mi traslado.

Y para cerrar este año, la Fuerza había ordenado nuevamente mi traslado, de la Brigada 12 al alma mater de las comunicaciones en Facatativá Cundinamarca, he aquí lo importante para comprender a nuestros hombres y mujeres de tan gloriosa Institución,luchando por una población que no se imaginaba lo que realmente sucedía.
las mismas penurias que vivía yo, simultáneamente las vivían miles de hombres que estoy seguro que fueron mil veces más difíciles que las mías, lejos de sus familias, lejos de sus esposas, sin ver nacer a sus hijos, sin poder comunicarse y lo más admirable,
Y en muchas ocasiones no volverían a ver a su familia, como el copiloto que mencionas. Vivir en un país con tanta desigualdad eso es lo que ocasiona: guerras festividad de pueblo contra pueblo en orillas diferentes, pero en común: el mismo pueblo
ResponderEliminarGracias por su opinión.
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