Es necesario e importante recordar, que en el
protocolo I de los convenios de Ginebra se orienta, explica y aclara en su artículo
52 que es un objetivo militar, tema que en el momento histórico del país no
viene al caso para el presidente Gustavo Petro porque él ya fue un objetivo
militar cuando estaba en el grupo guerrillero M19.
Pero ¿es un objetivo político? Entiéndase por
objetivo una meta, logro o propósito por alcanzar y político, con el arte de la
política. Por favor, recuerde: una cosa es un político como Gustavo Petro, otra
cosa es una política pública, un partido político, candidato político, una política
de estado o la Constitución Política de Colombia, todas pueden estar
entrelazadas, pero son totalmente diferentes.
Creo que al presidente hay que declararlo objetivo político,
porque sencillamente está incumpliendo con su actuar como individuo y como
presidente las facultades constitucionales que le brindó el pueblo en el preámbulo
constitucional y art. 3, por incumplimiento a las normas electorales del art.
109 en lo que se refiere a los topes electorales, por incitar al pueblo en sus
redes sociales a enfrentarse con el mismo pueblo, incumpliendo el art. 2 “asegurar
la convivencia pacífica”.
Por no adoptar una postura firme y adecuada con el
tema de la seguridad nacional, casi haciéndose el de “la oreja sorda” con el
tema de las asonadas, asesinato de militares y policías, narcotráfico,
guerrillas del ELN, EPL, FARC, incumpliendo el art. 189 numeral 3 y 4, situación
que se agrava porque al ser un exguerrillero y político colombiano sabe la
magnitud del tema y las consecuencias que trae para la nación su tenue acción.
Sus actos displicentes y de incumplimiento de la
agenda presidencial, dejan mucho que decir sobre su compromiso y seriedad como
servidor público, cargo que le fue otorgado en las urnas de manera democrática “legal”.
El hoy presidente Gustavo Petro desde mi punto de
vista, ya fue declarado un objetivo político con el ánimo de retirarlo del
cargo por los conocedores de la política como arte al servicio del pueblo, los
intelectuales, gremios que se sienten afectados por el mal manejo de la economía,
líderes de mundo que observan su regular participación internacional al
representar al país, por los periodistas que analizan diariamente sus errores y
equivocaciones, militares y policías en retiro no afectos al Pacto Histórico
que exigen el respeto por la fuerza pública, congresistas y partidos políticos de
oposición y con mayor fuerza por todos los que votaron por él y hoy ven que no
era el salvador del pueblo con sus ideas fallidas de “paz total” “vivir sabroso”
“Colombia potencia mundial de la vida” las reformas impopulares y sus actos de buhonería.
Su astucia e intrepidez para engañar, lo han
llevado a liderar de manera sigilosa e inteligente la desestabilización del país
en muchos campos, entre otros irrespetando la constitución política y la división
de poderes, utilizando sus alfiles como Benedetti, Leyva, Barreras, Bolívar, Sarabia,
Velázquez, Jaramillo, Murillo, el canciller (condenado por peculado por destinación)
y la Francia “de malas” entre muchos otros, para hacer y deshacer a su antojo políticamente.
No en vano, en reciente encuesta de opinión denominada
“Colombia Pregunta y los colombianos responden” donde participaron 5.613
colombianos, Petro logró que el 96 % no desee continuar en un gobierno de
izquierda, 97 % de inconformidad con el actuar del gobierno, evaluaron la seguridad
con un 56,6 % pésimamente manejada, 17,7 % incompetentemente, 12,2 % mal
manejado y el 9,1 % con preocupación; en la evaluación del presidente, de 1 a
10, el 74,1 % lo evaluó con un uno y el 1,2 % con un diez, la economía con un
63,5 % de preocupación, el futuro del país en un 57,2 % tiende a deteriorarse,
34,1 % retroceder y 9,8 estancarse.
Para desvirtuar o confirmar las posturas del
presidente con un supuesto “golpe de Estado” los participantes dijeron, 25,1 %
no es prudente, 21,1 % no estamos preparados, 10,6 % mejor dejarlo que termine,
10,5 % sería interesante y el 31 % sí le gustaría. Rápidamente se aprecia un 67,3
% en contra y un 31 % a favor,
Frente al anterior panorama, la respuesta es
evidente, sí, Petro merece ser considerado un objetivo político por el pueblo.
“El camino puede
ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” “Soy Ciudadano”
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