Solo en la noche del 24 y 25 de diciembre en Ibagué, según el reporte de la administración municipal 873 personas se vieron involucradas en riñas callejeras, además de muertos, heridos, quemados con pólvora, incautación de marihuana, licor adulterado y como nada novedoso el robo en todas sus modalidades; son entre otros, los indicadores de delitos y violencia que se presentan en la capital musical de Colombia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
define la violencia como el “uso intencional de la fuerza física
o el poder, amenazante o real, contra uno mismo, otra persona o contra un grupo
o comunidad, que ocasione o tenga una alta probabilidad de causar lesiones,
muerte, daños psicológicos, alteración o privación“.
He aquí, entre muchas otras razones, por qué en
estas fechas se toman tantas medidas de seguridad, se emiten normas y
prevenciones que al final no llegan a ninguna parte, todo por el mal
comportamiento de algunos ciudadanos, la ingesta desbordante de bebidas
embriagantes y alucinógenas, hechos incontrolados por una parte de la población
que generan una violencia en las calles.
Podría ser comprensible este comportamiento, si
partimos de la base de que la gente se desinhibe para las fiestas. Llega la prima de aguinaldos y se tienen unos días
de descanso, se supone que deberían compartirse en familia de manera sana y
agradable, con regalos y alegría, con una cena familiar y rodeados de muchas bendiciones.
Sin embargo, la cultura colombiana hace que año
tras año se repita la misma lección, las cifras sean más alarmantes que el año
anterior, dejando interrogantes como, por ejemplo, ¿hasta cuándo será ese comportamiento?
¿Qué debemos hacer para no convertir la Navidad en violencia y dolor? ¿Qué instrucciones
o normas deben existir o dejar de existir para que comprendamos que son tiempos
de reflexión, tranquilidad y paz interior en familia?
Por el momento debemos atender las instrucciones
de la Alcaldía Municipal de Ibagué, que mediante decreto prohíbe la venta y
consumo de bebidas embriagantes en los días de fiestas como el 31 de diciembre
del 2024 y el día de reyes del año 2025, tanto en supermercados, estancos, mini
mercados hasta las tiendas de barrio, como una medida de prevención para evitar
que las cifras de violencia se aumenten, ¿Hasta dónde tendremos que llegar por
la falta de conciencia ciudadana, educación y buena cultura? Como dirían en la jerga
popular “cuando el rabo quiere juete, él mismo lo solicita”.
“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos
lograr” “Soy Ciudadano”
Buenas noches señor el problema de violencia no se arregla de la noche a la mañana, es necesario educar a los niños inculcandoles los deberes del ciudadano de bien. Que vuelva la educación civica
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, mil gracias por tu comentario.
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