Lo que no previó “el fin del fin” del General Padilla

Recordar el eslogan del General Fredy Padilla de León cuando fue Comandante General de las Fuerzas Militares, “estamos en el fin del fin del conflicto”, trae muchas reflexiones que a veces no se lograron interpretar en su tiempo con claridad, lo que posiblemente se pudo imaginar cualquier parroquiano o como bien lo dice el dicho “a ojo de buen cubero”.

Para iniciar hablemos de los cambios en las filas militares de manera inteligente de guerreristas por alegres pacifistas, que entre otras coadyuvo al término de la desvanecida Justicia Penal Militar logrando que los militares fueran tratados igual que a los guerrilleros mediante la JEP.

Proyectar una desunión y división mezquina al interior para lograr el concepto, divide y reinarás a la organización y al 100 % aumentado al exterior en la Reserva Activa, al punto de ver un futuro casi imposible de lograr una identidad cohesionada.

El sistema de salud y los clubes entre otros y muchos exitosos bienes construidos en la historia vienen en picada, y hoy se encuentran en el ojo del huracán por malas administraciones al punto de pensar en su cierre o en volverse ESP como el campo de la salud, que no digan que no sabían porque hasta comisiones en cabeza del Secretario General del Ministerio han viaticado en el exterior para ver cómo se logra la tarea de transición.

La reducción de la planta militar, el presupuesto y los cambios ideológicos del soldado multimision y lo que algunos llaman la caída de la moral combativa, podría ser un reflejo costoso que se observa en el cambio del color pacifista del parque automotor de todo un Ejército, el mismo que debe liderar las banderas de la Defensa colombiana.

Los soldados de mi pueblo serían los conejillos de indias para invertir el orden social, ellos cuidando a los guerrilleros, cuando fueron estos los que asesinaron y secuestraron los soldados. Que cosas debemos ver para darle gusto a un puñado de negociadores terroristas.

A los guerrilleros, igualarlos en el Congreso y hasta candidato presidencial, colocarles además de 5 mil millones de pesos del pueblo para los honorables terroristas y para los militares una espadita horizontal con una tenue V de Victoria. Que legado tan maravilloso para honrar a los héroes de Colombia.

Pero bueno, no queda más que aceptar, porqué el Presidente lo puso el partido de la U, el pueblo lo respaldó y hoy solo queda la oportunidad de escribir y pensar mientras se puede porque más tarde que temprano nos callarán con plomo o como en Venezuela declarándonos traidores, ¿será que eso fue lo que quiso decir con el fin del fin el actual negociador en Quito con el ELN?

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos” (soy ciudadano)