viernes, 13 de marzo de 2020


Si leyeron los años anteriores,  encontrarán que no existió mucha estabilidad laboral, todo se debe a una dinámica rotativa que existe y afecta a los militares por el desarrollo del conflicto en Colombia, las especialidades, los cargos y otros factores que tienen una lógica para oxigenar al personal partiendo de la base que existen zonas del país más difíciles que otras; en mi caso todo se debía a la voluntad divina y al criterio de los superiores.

A mi llegada al Batallón Escuela de Comunicaciones BATESCOM, unidad orgánica de la Décima Tercera Brigada, me encontré con el faltante de oficiales para cargos de inteligencia y comandantes para las compañías, así que a estudiar otra vez.

Esta vez la Contrainteligencia Militar era el tema de turno, es tan importante, que compete a la seguridad de documentos, instalaciones y personal, el BATESCOM era un Batallón solo, en las laderas de las montañas del Municipio de Facatativá, rodeado de potreros con una vulnerabilidad en sus 360 grados y por consiguiente el tema de la inteligencia tenía mucha prioridad.

Por ser Batallón, tenía jurisdicción operacional en los Municipios de Albán, Madrid, Mosquera, Funza, Anolaima, Sasaima, Villeta, Facatativá y Guayabal de Siquima y por ser Escuela, programas académicos. Entonces el cargo de Oficial de Inteligencia se necesitaba con prontitud, allí estaba la razón por la cual el Teniente Coronel Jairo Santamaría Ariza consideró enviarme a la Escuela de Inteligencia y Contrainteligencia ubicada al interior de las instalaciones de la Escuela Militar de Cadetes para adelantar curso, que bien… nuevamente en casa.

Ahora, ya no estaba preocupado por limpiar las botas o el uniforme almidonado, prestar de oficial de servicio o controlar soldados, aquí se venía a estudiar, conocer del enemigo, entender sobre seguridad, comprender los niveles de seguridad para los documentos, la criptografía, el análisis de documentos, leer libros, profundizar en temas que atañen a la seguridad y en términos generales, del cargo que iría a ocupar, los uniformes se cambiaron por la corbata y el cabello largo, hoy lo considero como la técnica de “desaprender para aprender”.

Mucho fue lo  aprendido en tres meses, pero todo cambia en el Ejército y a mi regreso recibí fue el mando de la Compañía de Instrucción y Reemplazos, pasaron tres meses más y recibí la Compañía de Bases Fijas, donde estuve de Comandante de la base de Mancilla, última estación de bombeo de combustible para la capital del país, sitio donde me dio Varicela a mis 24 años de edad, casi no me evacuan al Batallón por que el Mayor Ejecutivo no creía de mi enfermedad, mando al médico que le decían el borracho y pase 20 días encerrado en una habitación, sin televisor, sin teléfono y sin ningún medio para comunicarme; cuando termine la cuarentena, fui nombrado Comandante de la base de explosivos de la Industria Militar José María Córdova en Soacha Cundinamarca.

Por ser Teniente, me dieron más responsabilidades y allí fue la segunda vez que estuve al mando de una compañía de soldados regulares, me fui a patrullar en la zona de la sabana Occidental sobre la Cordillera Central, entre la zona del Tequendama y Magdalena Centro en el departamento de Cundinamarca. Experiencia fundamental en la vocación de ser militar.

Compañía de Instrucción y Reemplazos 
Un año muy movido, de muchos cargos y responsabilidades, mucho aprendizaje con momentos buenos y momentos tristes, con altibajos y alegrías, llegué a pensar que era buen militar o tal vez que era malo por tanto cambio, es desestabilizante, pero el tiempo me mostró lo contrario, esa era la dinámica del momento.

Lejos de casa, no había nada más que hacer, adaptarse y seguir, el clima fue un factor para tener en cuenta en los últimos cuatro años, había pasado del frió al calor, del calor al clima húmedo y ahora a las temperaturas de la sabana, más fuertes que las de Bogotá, aquí se aplicaba la teoría, o te adaptas o te extingues, apenas estaba subiendo el segundo escalón de la carrera.

El 92, fue marcado por muchas experiencias en esta Unidad Militar, por primera vez encontré que un sacerdote estaba apoyando a la guerrilla de las FARC, que el Ejercito tenia responsabilidad sobre la seguridad del oleoducto, las bases fijas permitían la seguridad de las radioayudas como el VOR para la aproximación de los aviones al Aeropuerto El Dorado, la fabricación de dinamita, explosivos y municiones, el turismo y descanso de la población en clima cálido en Villeta y la protección de las Floras en éste sector del país. Me llamo mucho la atención conocer las instalaciones de los Testigos de Jehová en cercanías del Batallón.

Como aspecto chistoso de este año, fue la llegada de una supuesta información de robo de combustible a las 7 de la noche en el Municipio de Albán, me encontraba de Oficial Disponible, el Mayor Ejecutivo reaccionó y salió despavorido, rato después llegué al lugar y en medio de todo el dispositivo y la oscuridad me di cuenta que lo que estaban haciendo era recoger agua para una flora en una tubería cerca al oleoducto, imaginen el susto de los retenidos, la desinformación y la risa después cuando llegamos en la madrugada al Batallón porqué el Mayor no se había dado cuenta que era agua y no combustible.

Es difícil de creer, pero la carrera militar te aleja bastante de tu vida personal, casi no hay tiempo para otra cosa que no sea trabajar, a la novia de Florencia y a mi familia la veía y les hablaba cada vez que se podía y los medios lo permitían.

Les cuento que este año tampoco paso sin algo especial para mi vida, antes de su termino llegó un radiograma del Comandante del Ejército, General Manuel Alberto Murillo González donde ordenaba mi presencia ante mi General de manera personal en las instalaciones del CAN, asustado cumplí la orden y una vez más, a cambiar de área; esta vez por la volada de la cárcel de máxima seguridad del narcoterrorista Pablo Escobar Gaviria, como decían los viejos de antes “en menos de lo que canta un gallo” estaba en Medellín en una comisión especial.

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr” (Soy Ciudadano)

5 comentarios:

  1. Excelente, Carlos continua relatando todas tus experiencias, muy interesante.

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  2. Excelente relato, lo que me causó gran sorpresa fue verme en la foto de los soldados de la compañía de instrucción primer pelotón slr. Camargo Peña Oscar Javier. También estuve con usted en la base militar de la Industria Militar y fui ascendido por usted al grado de Dragoneante, no lo puedo olvidar esa época fue muy buena para mí y creo que era uno de los mejores soldados y de los de más confianza o no mi Coronel. Que sorpresa tan agradable ha sido esto para mí. Me acuerdo del soldado Carmona y su compañero el cual no recuerdo su apellido "que personajes" saludos desde la distancia y muy agradable poder leer esos relatos que sin duda traen a mi recuerdos maravillosos que nunca olvidaré, son 28 años y los recuerdos siguen intactos. Saludos mi Coronel.....

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  3. Tuve la oportunidad de conocerlo en 1992 en Batescom. Un excelente oficial. Bendiciones

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  4. Teniente martinez estuve con ud en mancilla, vor y sibate año 1992
    Creo aun que no era de sus afectos pero lo recuerdo sigo hasta la muerte siendo soldado del batescom

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En agradecimiento

Virgen de la Milgrosa -
Cerro El Cundí
(Santa Marta - Colombia)

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