domingo, 17 de mayo de 2020


Cualquiera pensaría que la vida de un militar es la misma de rutinaria en cada año, pero realmente no es así, el país mantenía unas dinámicas especiales donde poca gente lograba percibir lo que vivía y enfrentaba un militar, diferente a muchos ciudadanos de Colombia donde sus vidas nacen, crecen y evolucionan en la misma ciudad, barrio y entorno, hasta llegar a morir en el mismo lugar, los integrantes de la Fuerza Pública  viven otra realidad.

Fue así como se presentaron más eventos en mi vida, el país estaba asediado por la violencia en todo sentido, tomas guerrilleras, voladura de oleoductos, retenes, secuestros, combates, extorsión y un temor constante de la población en los departamentos de la Segunda División del Ejército, un tema de mucha complejidad fueron las intenciones de las FARC de atentar contra la refinería de petróleo de Barrancabermeja, zona estratégica de cuidado y protección por hacer parte del sistema financiero nacional, por tal motivo la presencia en el sector y la verificación del sistema de comunicaciones de defensa antiaéreo era una prioridad.

Gracias a las gestiones del Comandante del Batallón de Ingenieros Francisco José de Caldas, en el año 1996 se había iniciado una Especialización en Gerencia Social de manera nocturna con la Universidad Antonio Nariño, título que logramos culminar con éxito un grupo de oficiales en la mitad de ese año, no fue fácil, pero se logró.

Realizar y dirigir el reentrenamiento de comunicaciones con más de 70 militares de la Unidad Operativa Mayor en el Centro de Entrenamiento Militar de Aguachica Cesar fue otra experiencia importante, fundamental y de mucha oxigenación para los Oficiales, Suboficiales y Soldados de la especialidad de comunicaciones, la dinámica del conflicto colombiano traía consigo una serie de experiencias que debían ser socializadas y retroalimentadas, verificaciones y dinámicas que se necesitan enseñar y de paso practicar, es importante recordar que detrás de cada radio táctico están las vidas de 36 hombres mínimos realizando operaciones militares, ese era parte del trabajo fundamental de mi cargo.

Me sentí muy honrado, el sacrificio y trabajo trae consigo el reconocimiento, y esta vez llegaron dos medallas, una por virtudes militares cuyo nombre es General José María Córdoba y la otra medalla al valor de la Segunda División ambas impuestas en ceremonia por el entonces Mayor General Rafael Hernández López, reconocimientos que a los militares nos permite llenar de alegría el corazón por el deber cumplido en una carrera donde el honor vale oro y la misión es la ruta.

Pero como dije, la dinámica militar cambia rápidamente, con disposición 0010 del 21 de agosto de 1997 el Comandante del Ejército, creó la Brigada Móvil No3 (unidad de Contraguerrillas) y yo, fui seleccionado entre muchos más para fundarla y darle inicio en el punto de concentración que fue las instalaciones de la Escuela de Artillería en Bogotá y de allí, al Fuerte Militar de entrenamiento de Tolemaida en el municipio de Nilo Cundinamarca aunque culturalmente es más conocido como de Melgar Tolima que de otra parte.

Debíamos organizar el Estado Mayor, que nació con un Coronel como Comandante, un Teniente Coronel antiguo como Jefe de Estado Mayor y seis capitanes, cuatro Batallones de Contraguerrillas, el 51, 52, 53 y 54 además de una Compañía de Apoyo de Servicios para el Combate.

Fue así, como el 8 de octubre con presencia del Ministro de Defensa Juan Carlos Esguerra Portocarrero, el Comandante General de las Fuerzas Militares Manuel José Bonett Locarno Q. e. p. d. y el Comandante del Ejército Mario Hugo Galán Rodríguez en la plaza de armas de Tolemaida le dieron los fundamentos legales y activación a tan importante unidad de combate que estaba destinada a cumplir su trabajo inicial en el departamento del Caquetá.

El 13 de octubre en un Helicóptero MI17 Ruso, salí con todo el material de comunicaciones y puesto de mando como grupo aposentador piloteado por el señor Coronel de la Policía Luis Alberto Moore, piloto al servicio de los helicópteros del Ejército, inicialmente viajamos hacia Florencia y al día siguiente hacia Tres Esquinas Caquetá donde llegarían los Batallones de Contraguerrillas que apenas se habían completado el 51, 52 y 53 respectivamente.

Bajo toda una operación militar logística, terrestre y aérea, fueron transportados en aviones C130 de la Fuerza Aérea Colombiana las tropas desde Tolemaida hacia Tres Esquinas Caquetá a las instalaciones del Comando Aéreo de Combate No 6 y de allí en pocos días ingresaron en operaciones de asalto aéreo los batallones al interior del departamento.

Selva espesa, sin señal de celular, sin vías de comunicación, sin apoyos aéreos disponibles y con los equipos cargados de elementos para mantenerse en el área fueron ubicados sobre el terreno los batallones, apenas iniciaban lo que hoy sería una historia para nunca olvidar.

Como a muchos militares les paso seguramente, el tiempo no me permitió ayudar a mi señora a moverse con el trasteo, una amiga la acompañó y le tocó ubicarse hacia la casa de su mamá, porque los integrantes de las unidades móviles para la época no tenían asignación de casa fiscal y mucho menos sede propia, todos éramos nómadas de acuerdo con la situación del país y la necesidad de contrarrestar las barbaries que el conflicto armado generaba.

Es importante que los lectores conozcan, que a los militares nada se nos regala, todo hay que pagarlo, los arriendos, la alimentación, el estudio de los hijos y hasta algunos elementos que son para el trabajo deben ser adquiridos de su propio sueldo entre ellos la movilidad entre un punto y otro dentro del país, además si deseas estudiar para mejorar tu preparación también debes pagarla.  

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr” (Soy Ciudadano)



9 comentarios:

  1. La verdad a los militares no nos regalan nada y menos a los soldados antes nos han quitado lo que por derecho nos pertenecen , y si esa móvil cambiaría la historia militar con la toma guerrillera a un batallón de esa brigada

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. totalmente de acuerdo con usted, respetado lector, gracias por su comentario

      Eliminar
  2. El camino es largo y difícil esperando a que el gobierno se digne a reconocer nuestros derechos esos derechos que han pisoteado y mal interpretado en esas sentencias dónde al propio soldado es quien lleva el peso del desprecio de una Sociedad que olvidó su historia

    ResponderEliminar
  3. Vida militar es dura, PERO da GRANDES y maravillosas satisfacciones: 1) Jurar delante de JEHOVA = YAHVÉ DIOS LEALTAD Y FIDELIDAD INTEGRA Y COMPROMISO: HASTA DAR NUESTRAS VIDAS COMO MILITARES A SUS MANDAMIENTOS Y DEBERES CON LA SOCIEDAD: REPUBLICA DE COLOMBIA.
    2) JURAMENTO, también DELANTE del PUEBLO DE COLOMBIA, igualmente comprometiendo NUESTRAS VIDAS POR LA CONSTITUCION Y LAS LEYES.
    3) SE VIVE APASIONADAMENTE PORQUE ES UN COMPROMISO DE CORAZON, DONDE HASTA LA MEDULA DE LOS HUESOS ARDE DE PASION Y SATISFACCION POR UN MUY SAGRADO GRAN DEBER CON EL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES: DIOS, EL ÚNICO Y SANTO Y PODEROSO DIOS DE LOS CIELOS.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. gracias por su sentimiento patrio y de Fe en el ser supremo, gracias por su comentario

      Eliminar
  4. Los Militares, lo damos todo por nuestro bello país y aunque algunos gobernantes y ciudadanos no lo reconozcan, nos queda la satisfacción del deber cumplido y DIOS es el que mejor paga

    ResponderEliminar
  5. Excelente recuento histórico de tus experiencias y contribución a mejorar las condiciones de comunicaciones y seguridad en las unidades militares a las que fuiste asignado, Carlos, felicitaciones y gracias.

    ResponderEliminar

En agradecimiento

Virgen de la Milgrosa -
Cerro El Cundí
(Santa Marta - Colombia)

Lo más leído:

Buscar este sitio

Sígueme en redes:

 FacebookYoutubeTwitterWhatsApp


30 años de experiencia en Colombia

Entradas más populares del mes

En twitter

Huellas por el mundo

RECOMENDADO: