viernes, 1 de octubre de 2021

Una vez más, lejos de mi país, me lleno de tristeza al ver que la evolución de nuestro Estado es de corto aliento y nos acercamos más a la involución; la reducida identidad cooperativa genera violencia entre compatriotas y evidencia la incomprensible intención de cambiar la democracia por el comunismo, terrorismo, anarquía o un socialismo revolucionario, como si el ejemplo de otras naciones no fuera suficiente referente. 

Es aquí, donde pretendo llamar la atención de las Naciones Unidas, ustedes que muestran al mundo una misión de ayudar a los países a lograr la paz y un desarrollo sostenible; pero considero que se dejan permear por las noticias, la percepción de sus delegados de acuerdo con la afinidad política o el distanciamiento geográfico que no permite ver con claridad el conjunto de  problemas de nuestra nación en medio de todas las vicisitudes de los países asociados.                                                                                                  

Colombia es un país extraordinario, con múltiples fortalezas como la biodiversidad, clima apto para la agricultura y ganadería, abundante flora y fauna, riqueza cultural, ubicación geográfica estratégica; pero tiene problemáticas complejas que la desacreditan internacionalmente, como el narcotráfico enquistado en las minorías astutas, las guerrillas que violan los Derechos Humanos y cuyos delitos de lesa humanidad los identifican como grupos armados y disidencias, además de organizaciones políticas; un sistema político corrupto desde sus bases, inmisericorde con el pueblo, pero laxo con los que dicen defenderlo. 

La corrupción incita el camino hacia la violencia, que parece incontrolable y el  desinterés del ciudadano sin educación y falta de esperanza se vuelve permisivo a la manipulación del sistema de gobierno, afectando así la economía, la salud, la educación, la seguridad y todo el sistema societal. 

Muchos líderes políticos nos han engañado históricamente, la gran mayoría  utiliza el poder para terminar enriqueciéndose del estado hasta la saciedad, sin el más mínimo lenguaje del arrepentimiento o de la vergüenza, la justicia es una pata ausente en la silla de la estabilidad democrática generando una impunidad casi del 97% en todo el territorio, la Fuerza Pública no alcanza ni el uno por ciento para cubrir el 1.141.700 Km2 del territorio y brindar la seguridad y la defensa a los 51 millones de compatriotas y ciudadanos de otras naciones, aquí las organizaciones al margen de la ley se aprovechan para desestabilizar el bien común, por consiguiente la inseguridad es la máxima expresión del temor cotidiano de los ciudadanos. 

Acudir a ustedes y a los colombianos, es pretender la mirada solidaria del ente internacional como órgano preocupado por la calidad de vida de los semejantes, es llamar la conciencia de mis compatriotas a interesarse por las causas de nuestros males y al actuar mancomunado hacia una política visionaria de estado no manipulable de manera partidista, que afecte directamente la necesidad de la democracia participativa en la construcción de un país educado, concernido y decidido a dejar de ser manipulado actuando de forma coherente entre lo que planea, proyecta y ejecuta, es propender por una imagen positiva en el contexto mundial y dejar de ser visto unas veces como indígenas y otras como barbaros. 

El actuar de manera oportuna y constante permitirá, con el transcurrir de los años ser un referente, ganarnos el respeto internacional, proyectar la economía y lógicamente un cambio total de identidad nacionalista, pero tenemos a delincuentes fingiendo como guerrilleros intentando ser presidentes, con presencia en el Congreso de la República y con una gran cantidad de ingenuos creyendo que ellos son el camino de la salvación, un sistema de verdad, justicia, reparación y no repetición que se vuelve una amenaza en contra de las instituciones legítimas que dudo muestren la realidad como lo hizo el gobierno anterior que fuera de haberle mentido a los colombianos y al mundo, termino burlándose de ellos en un acto constitucional, dejando un problema mayor al que teníamos. 

Próximos a los comicios electorales del 2022, muchos ciudadanos estamos preocupados, inquietos y altamente asustados por el destino que nuestra nación pueda tener, toda vez que quienes ayer fueron los victimarios hoy parecen víctimas y las víctimas pasaron a victimarios. 

Atreverme a dirigirme a ustedes, no es otra cosa que presentarles las preocupaciones de un ciudadano que vivió de cerca el conflicto interno por 30 años y mirar con preocupación la realidad siniestra que nos podría conducir a la Venezuela del mañana, no por nada escuche las intenciones de volver a la gran Colombia pero con manifestaciones comunistas y hoy escucho las desastrosas intenciones del Foro de Puebla y el de Sao Pablo, temas que considero no son ajenos para ustedes donde tristemente hay hasta ex presidentes de nuestro país. 

Para mis compatriotas, recordarles que la democracia participativa se defiende participando, no ignorando y mucho menos permitiendo que unos pocos sigan saboreando el placer de las riquezas tangibles e intangibles del estado colombiano, que no se repita el refrán “quien no conoce la historia tiende a repetirla”. 

Agradezco de antemano la atención que presten a la presente, dejando mi información en la misma intervención, esperando por lo menos una mirada inquieta pero meticulosa en un problema más que afectará al mundo si no se detiene a tiempo por los mismos colombianos y la mirada internacional.   

Sinceros agradecimientos.


2 comentarios:

  1. Tu amor y dolor por tu pueblo es lo que me conmueve a seguir creyendo que tal vez veamos progreso.... Sigue guiándonos con ese deseo de ver a Colombia tan grande como cualquier otra gran nación.... Nosotras y nosotros, ciudadanos colombianos sin fe en nuestro futuro.... necesitamos que nos enseñes a luchar otra vez... pero en Paz y con mejor educación cívica. Gracias por tu ayuda.

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    Respuestas
    1. muchas gracias Luana, Dios es la guía, el Estado el objetivo y el servicio a la sociedad el llamado de la comunidad, gracias por creer y apoyar.

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En agradecimiento

Virgen de la Milgrosa -
Cerro El Cundí
(Santa Marta - Colombia)

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