Me ha correspondido iniciar un proceso de recordación conceptual presencial y virtual a la convención 2023, que lidera el sentimiento del foro ampliado de la reserva organizada, que nació este año y el compromiso de Fuerza Purpura que surgió en el 2021, la primera una iniciativa sociopolítica nacional y la segunda netamente gremial.
Recordando el concepto colombiano “primero fue ejército que estado” (entiéndase claramente lo que la palabra ejército encierra) el Estado, da respaldo inmediato con los ocho elementos del territorio al nacimiento del Ejército en 1819, la armada en 1823 y la Fuerza Aérea en 1919 garantías para la soberanía nacional, la población le dio vida para mantener el orden interno a la policía nacional 1891 y el gobierno, administrador público del mismo como garante de una democracia.
Estamos aquí reunidos, no por capricho y mucho menos por incoherentes con la responsabilidad juramentada al levantar la mano un día y expresar “si juro”, ¿alguno de los presentes no lo hizo al tomar las armas legítimas de la república? Todo aquel que fue al cuartel o a la estación al jurar bandera seguro que asumió ese reto, y si solamente se es ciudadano, les recuerdo lo enunciado en el artículo 216 de la constitución del 91 que reza “todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan para defender la independencia nacional” ahí no habla de sexo, razón social, violencia y mucho menos de raza, habla de responsabilidad ciudadana.
Es necesario, tener claridad del objetivo de nuestro encuentro, porque la organización hoy llamada CONFECORE “confederación colombiana de organizaciones de reserva y pensionados de las fuerzas militares y de la policía nacional” nació en 1981, la unión sindical obrera USO se consolidó en 1986, FECODE 1959, la CUT en 1986, la CTC en 1936, el CRIC en 1971, todos ellos comprendieron la importancia de LA COHESIÓN, utilizar la ley 43 de 1984 para su beneficio mientras nosotros luego de casi 42 años de nacimiento, estamos aun debatiendo un nombre, ver si nos conviene agremiarnos o no, definir una estrategia para la unión, ver si nos legalizamos o no, mientras las demás confederaciones de empleados públicos y privados bajo la ley nos llevan años luz de distancia en organización, visibilidad y actuación, reciben recursos del gobierno y hacen con el país lo que se les ha ocurrido, nuestra incomprensión e indiferencia en el tema, nos ha mantenido débiles y vulnerables.
Si están de acuerdo conmigo, el gobierno de Colombia ha mostrado en todas las formas su animadversión con la Fuerza Pública y por el mismo camino hacia los veteranos y reservistas, hasta el punto de pretender separarnos y expresar muchas veces que nos va a profesionalizar como si no lo fuéramos, eso sí, menos con los militares y policías que hacen parte del Pacto Histórico, por favor recuerden que el M19 se creó en 1970, las FARC en 1964 al igual que el ELN y todas las organizaciones alzadas en armas quieren hacernos ver, que ellos gozan de mejor reputación que las instituciones legítimas que han defendido al Estado, o ¿no se han dado cuenta de su estrategia y avance en el contexto político social del país?
Mientras las FARC tienen presupuesto del erario, curules en el congreso, partido político, disidencias y casi que licencia para todo, nosotros intentamos llegar a las curules de las elecciones regionales, nuevamente debatiéndonos si apoyamos a nuestros 300 compañeros en retiro que intentan con mucho esfuerzo y dedicación avanzar en la teoría política, aún siguen muchos eludiendo este tema de mucha relevancia a pesar de que poseemos una Constitución Política, en este tema todos avanzan a pasos agigantados y nosotros a paso de tortuga.
Apenas en el gobierno pasado de Iván duque, luego de tanto sacrificio militar y policial, una administración nos concede el reconocimiento de veteranos mediante la ley 1979 del 2019, doscientos años después, ¿cuántos de nuestros hombres murieron sin llevarse a la tumba siquiera un reconocimiento? Creo que miles, que desigualdad tan marcada bajo un discurso miserable de igualdad y equidad, ni que decir de los hechos que se observan con la comisión de la verdad y la supuesta Justicia Especial Para La Paz.
El no entender, el mundo de la política nos ha llevado a sentirnos utilizados y manoseados, hemos pasado por Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos, Iván Duque y ahora Petro, por nombrar los presidentes de los últimos 20 años, ¿cuál de ellos y de todos los anteriores no han utilizado nuestro esfuerzo como caballito de batalla? ¿Cuál se ha puesto un par de nuestras botas? Todos se han servido del pueblo, ¿será que aún no entendemos la necesidad de estar cohesionados, unidos bajo una misma identidad de causa y actuar como un puño cerrado? ¿Qué más debemos esperar? ¿Cuántos hombres y mujeres deben morir cada día de la fuerza pública para dejar de ser los guerreros en las redes sociales?
No hemos llegado aquí por simpatía, en los últimos 10 años se han realizado siete convenciones, seis presenciales 2015, 2016, 2018, 2019, 2022 y 2023, una virtual en 2020, un foro nacional e internacional en el 2019 en Ibagué, todas han buscado lo mismo, llamar la atención por lo menos de ese 30 % de la población agremiada y del 70 % no agremiado de reserva y veteranos, que según la encuesta del 2019 es por falta de liderazgo, poca credibilidad y para que pagar para que alguien me represente, en la investigación llegamos a concluir que somos una reserva débil y dividida o dispersa, hoy estamos buscando cambiar a una fuerza disuasiva política, toda vez que se arrancó con 7 iniciativas de grupos significativos de ciudadanos, pasamos a 14 y la última vez en Dos Quebradas Risaralda eran 21 intenciones que ninguna logró el umbral, para convertirse en movimiento o partido que nos represente.
Tuvo que llegar un gobierno de izquierda y ver la democracia en riesgo inminente, para comprender los viejos adagios “el que no hace goles, los ve hacer” “ahí viene el lobo, ahí viene el lobo, y hasta que no llegó, no creíamos” pareciera que el caso de Venezuela solo sirve como un desastroso referente, pero no, para darle la credibilidad a las intenciones más que evidentes de la izquierda en todo el planeta, la cual nos está arrastrando a paso lento pero más que seguro.
Muchos se sienten seguros de los pocos beneficios que tenemos “asignación y salud”, pero recuerden que somos mal contados entre el 3 y el 5 % del total de la población colombiana, sin embargo, el tiempo nos ha llevado a recibir reconocimientos por la misión vocacional que cumplimos como por ejemplo:
10 de octubre día cívico del veterano, insisto “día cívico” mediante ley 1979, 19 de agosto día del reservista con la ley 1861 y decreto 1934 de 1985, día del héroe nacional y sus familias mediante la ley 913 del 2004, los beneficios de la ley 1699 de 2013 para las personas con discapacidad de la fuerza pública, la mesada 14 de acuerdo con el decreto 4433 de 2004, gastos de inhumación mediante el decreto 1211 de 1990 administrado por el Ministerio de Defensa, alianzas y convenios de descuentos y beneficios en establecimientos públicos y privados entre 5 y 30 %, además de tarifas preferenciales en salud, educación, vivienda, cultura y recreación, hoy en gestión de CREMIL ya se está enviando los desprendibles en sus unidades móviles para prestar un mejor servicio.
Sin embargo, en la encuesta de opinión del año 2019 donde participaron 5983 personas, evidenciamos y hoy ratifico los conceptos, no somos una reserva activa, somos reservistas, veteranos, pensionados y víctimas del conflicto colombiano, nuestras relaciones interpersonales después del retiro entre todos tristemente son malas, pésimas, terribles, entramos por vocación a las instituciones y muchos terminan odiándolas, nos dividimos como átomos todos los días, pasando de 271 organizaciones a casi 400 y cada día nos fraccionamos más, al preguntar sobre nuestro problema le atribuimos al individualismo, alta división, resentimiento y falta de identidad las causas de nuestro comportamiento indiferente en todo.
No participamos de las elecciones de nuestros representantes, no asistimos a las invitaciones de información como foros o convenciones, no votamos políticamente por los candidatos que hacen el esfuerzo y lamentablemente no creemos en nuestras buenas intenciones, dijimos con un 70 % que sí queremos reconciliarnos, pero nuestros actos dejan mucho para analizar, ¿qué hay que hacer para que reaccionemos frente al contexto que hoy tenemos en las manos?
Quiero finalizar con dos temas, el primero, la importancia y necesidad de una identidad, ese “conjunto de rasgos o características de una persona o cosa que permiten distinguirla de otras en conjunto” FARO abrió la puerta a esa identidad nacional, el pueblo al cual nosotros pertenecemos en múltiples expresiones casi como nunca se ha identificado con nosotros, a pesar de las noticias y de hechos que nos colocan a la fuerza pública en la cuerda floja, nuestra gente, los ciudadanos hombres y mujeres ven en nosotros una oportunidad no partidista de hacer algo por la amenazada democracia, por favor, por favor no le vayamos a fallar por no valorar el potencial que está en nuestra historia y nuestro sacrificio.
Las cuatro estrellas unidas de colores en la gorra negra, no es otra cosa que el inicio de una intención que pretende al igual que a muchas organizaciones darle una identidad nacional de lo que somos, sin embargo, debemos mejorar en el propósito y no distraer el mensaje que se está cultivando para nuestro beneficio.
El segundo, hoy hemos logrado mucha representatividad al interior de nuestras organizaciones del grupo empresarial del sector defensa, contamos con un comité de veteranos naciente con línea directa ante la comisión intersectorial para la atención integral al veterano, conformada por 10 ministerios e institutos descentralizados, delegados en consejos directivos, en su mayoría son hombres y mujeres con buenas intenciones y propósitos, si no vamos a ayudarlos, por favor dejémoslos que hagan su trabajo, las críticas, el chisme, las expresiones negativas sin conocer corren como gacelas y las buenas intenciones y resultados ni siquiera avanzan como tortugas.
Amigos todos, iniciemos esta convención con el perdón entre nosotros mismos, para que se cumpla con el cometido; y recuerden que en el libro de liderazgo con propósito que dice en su página 52 “la mayoría de nosotros nos fijamos unas metas demasiado bajas y tratamos de llegar a ellas con demasiada rapidez, Dios nos pide que soñemos en grande y vayamos despacio” pueden estar seguros que el equipo de FARO reconoce y agradece la participación de las concentraciones de mayo y julio al lado de Fuerza Púrpura ambas organizaciones soñamos en grande y ustedes son nuestra prioridad.
Mil gracias y nuevamente bienvenidos, Dios bendiga este auditorio.
“El camino puede ser difícil, pero con
su ayuda lo podemos lograr” “Soy Ciudadano”
Todo va a salir bien, felicitaciones a los organizadores!!!
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