Cuando caminas por la vida y avanzas con fé de la mano de Dios, aprendes muchas cosas, sin embargo, el compartir con las personas y los libros, te dejan muchas enseñanzas que de una u otra manera considero debes compartir, para que paso a paso y huella a huella, las experiencias vividas sirvan como rayos de luz para las personas que vienen detrás de ti.
Así, luego de nuestro sexto libro compartido al
interior del club de lectura Tejiendo fibras y tomando café gracias a quienes
dejaron huellas escritas, hoy disfrutamos su legado abriendo las fibras del
cerebro y el corazón en escasos momentos que marcan la vida de nuestros
lectores.
Nuestro primer libro, Memorias de un Soldado, demostró
que los sueños se pueden hacer realidad siempre y cuando se tenga claro hacia dónde se quiere ir, aunque la meta no esté del todo clara, pero la ruta si, se tendrán altos
y bajos, alegrías y tristezas pero al final todo apunta al cumplimiento de una misión
de vida; recordó los hechos que sufrieron muchos colombianos por culpa de la violencia,
pero también el esfuerzo cotidiano de quienes deciden colocarse un uniforme
para defender un país.
Lágrimas, recuerdos tristes y alegres despertaron
en los lectores, esos que al leer este libro de una u otra manera ya había vivido
algunos momentos de lo relatado, para otros, fue el conocer y entender un
pasado no vivido que podrían repetir.
El segundo, Recuerda que nada es personal, más
reflexivo que anecdótico, destacó el poder de la energía vital, los vampiros de
la misma, el amor el tiempo y el espacio, lo importante de la comunicación, la
gratitud para sanar y la importancia de ser seres de luz donde se aprende y
reaprende con la aptitud y la actitud en la búsqueda de la felicidad.
El tercero, El Caballero de la armadura oxidada,
torpe caballero con una armadura como a veces la tenemos puesta sin ver la realidad,
necesito de un mago, una ardilla y una paloma para transitar por el sendero de
la verdad cruzando por el castillo del silencio, el conocimiento y la voluntad
con osadía para poder ver, oír y sentir logrando al final del camino quitarse
la armadura luego de enfrentar al dragón de sus temores.
El cuarto, María, que novela tan bonita, épica y
triste, romántica desde su inicio hasta su fin por la historia contada, trágica
y frustrante, permitió ver los ojos brillantes de una niña relatar su primer
amor por un niño, explorar los sentimientos de los lectores, llorar y soñar en
esa hacienda relatada y llegar a explorar el significado del amor, que bellos
momentos compartidos con un tema que siempre deja mucha reflexión.
El quinto, El principito, qué más podríamos decir
del niño que poseemos y a veces perdemos, ese que dibujó un sombrero y lo relaciono con un elefante, demostrando la capacidad que perdemos para imaginar que al cruzar
por los planetas de diversas dimensiones se cruzó con el sabio, vanidoso,
negociador, mercader, farolero y un anciano que lo llevaron a responder la pregunta
¿sabes lo que buscas? ¿Cómo niño o como hombre?
Por último, El Alquimista, aprender de las ovejas
como pastor, la nobleza, belleza y trabajo con los cristales y el silencio que
prodiga el desierto, hacen que debamos seguir nuestro destino bajo una cadena misteriosa
donde no existen las coincidencias y todo en la vida son señales, no
debes desistir de tus sueños porque todo “estaba escrito” como simboliza la
palabra árabe “Maktub”, en la construcción de tu leyenda personal.
Es así, como poco a poco los libros nos dejan
enseñanzas y experiencias, compartidas cada quince días tejiendo fibras
humanas a través de las letras y al sabor de una taza de café, cultivado por los campesinos de la misma
vereda.
“El camino puede
ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” “Soy Ciudadano”
0 comments:
Publicar un comentario