Mi experiencia personal en el club de lectura ha sido muy enriquecedora, ya que me ha permitido conocer grandes personas, de quienes aprendo en cada encuentro. Este club de lectura también me ha permitido reencontrarme con libros que leí en mi adolescencia, y al redescubrir esas historias como el libro de María, el Principito y el Alquimista me ha llenado de alegría y sobre todo de entusiasmo para seguir en esta linda aventura de lectura.
El libro de María nuevamente me ha parecido una historia bella, que tras
su lectura permite adentrarse en cada personaje, ver la riqueza y la amabilidad
de cada uno de ellos e imaginarse lo bello de los paisajes vallecaucanos de
hace más de cien años. Por otra parte, las emociones se afloran con la historia
de amor entre María y Efraín, un amor puro y limpio, que estuvo marcado por la
tristeza tras la partida prematura de María de este mundo.
Por otra parte, el Principito con su historia me hizo recordar que todos
tenemos sueños desde niños y la importancia de los adultos de cuidar, guiar y
apoyar esas primeras metas que se asoman desde los primeros años de la vida.
Seguimos con el libro El Alquimista de Paulo Coelho, una historia fascinante
de un pastor de ovejas llamado Santiago, que deja sus tierras e incluso su
rebaño por ir en busca de un tesoro, y quien a pesar de los obstáculos que
encontró en el camino nos enseña incluso que es más fuerte la convicción de
perseguir y trabajar por un sueño, que las mismas dificultades que se encuentran
y además, nos deja ver que la vida así como nos trae grandes retos, también nos
trae grandes alegrías y satisfacciones. Me quedo con esta frase del Alquimista:
“cuando una persona desea realmente algo el universo entero conspira para que
pueda realizar su sueño”.
“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso” así la doctora y psiquiatra Marian Rojas Estapé inicia su libro titulado “Cómo Hacer que te Pasen Cosas Buenas” y donde nos enseña la importancia de cuidar nuestro lenguaje, es decir, nuestra voz interior, lo que nos decimos a nosotros mismos cada día, incluso desde el primer momento en que nos despertamos, hasta finalizarlo. Este libro nos lleva por temas de los cuales necesitamos estar muy conscientes en nuestros tiempos, pues hemos ido perdiendo cosas pequeñas, pero que son valiosos para nuestro bienestar emocional, temas como el amor, la felicidad, la amistad son protagonistas del libro y, más aún, de nuestra vida, así que invito a cada lector de estas líneas a que se deje cautivar y pueda tener la dicha de leer el libro y sobre todo de “volver a la lectura” como nos dice su autora.
Así he podido leer estos maravillosos libros y lo mejor, que he
adquirido el hábito de la lectura, la oportunidad de cada día poder gozar de la
compañía de un buen libro tomando café.
Me despido no sin antes dejarles una de las frases que más me ha
acompañado en los últimos tiempos, “Dios no inspira deseos irrealizables” de mi
amiga espiritual, Teresita del Niño Jesús.
Con cariño Yised Mejía.
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