¿Cuánto
tiempo de tu vida utilizas para alimentarte del entorno natural que te rodea?
Considero que en la juventud disfruté de manera tangencial el poder que tiene la
naturaleza, quizás viví un poco ciego aunque la disfrutaba a mi manera, la
puesta o salida del sol frente a la playa, el imponente océano azul, la sierra
nevada de Santa Marta, los cerros llenos de cactus, pero lo más impactante era sentir
en mi piel, la brisa fría que en pocas épocas sentía generando una mirada al vacío
como recibiendo un mensaje oculto.
La vida
cambió de rumbo, pase por el éxito y crucé por el desierto, impactado por la
experiencia de la pandemia; se abrió el mágico mundo de los cuatro elementos en
esta bella tierra colombiana, empezando por el elemento agua, disfrutada a diario
luego de una larga caminata me sumerjo en las bellas cascadas que oxigenan todas
las fibras de mi cuerpo, el alma, esa que limpia pensamientos y fortalece el
cuerpo.
El elemento tierra, ese por donde camino, cada día me muestra sus bondades, frutas, un colorido natural, valles o cordilleras, cañones o planicies cultivadas de banana, café, plátano, yuca y diversos frutales contrastando con la maravillosa especie de flores y aves que al caminar en la mañana fresca, te recuerdan lo minúsculo que eres frente a la inmensidad del planeta.
Elemento
aire, ¿sin el que seríamos? Creo que no podríamos existir, los pájaros no podrían
planear al volar, no se podría disfrutar de elevación de las cometas, los Ocobos
no cambiarían de color y hasta los animales y plantas que utilizamos para sobrevivir
morirían sin él y ni tú no estarías leyendo este artículo.
Como dejar
de mencionar el elemento fuego, ese que sale cada mañana en forma de sol y nos acompaña
hasta cerrar el día y luego la luna con su energía vital nos permite el fuego
de la noche, ¿cuál de los dos rayos de luz es menos importante para la evolución
de nuestro existir?
Todos en conjunto, se confabulan para brindarte la oportunidad de disfrutar de ellos, de compartir y recargar la energía positiva en ti y darte la oportunidad de descargarte de la que llevas, acariciarte con ternura y dejarte impregnado de bellos instantes que solo los que vayan con el corazón abierto, la mente limpia y el cuerpo dispuesto bajo la magia del senderismo consciente disfrutará de las nobles mieles que la selva de concreto jamás te brindará.
No olvides... tierra solo una, pero cada día tienes la oportunidad para dejar una huella en
el camino, como un respetuoso senderista y un forastero de la vida.
“El camino puede
ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” “Soy Ciudadano”
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