foto Noticias Caracol.
En
mi calidad de colombiano, coronel del Ejército Nacional y Veterano, haciendo
uso de mis derechos constitucionales y con el mayor respeto, previo a los 500
años de mi querida Santa Marta, la celebración de la fiesta patria del 20 de
julio y en especial hoy día del Héroe Nacional, me dirijo a quien hoy funge
como presidente de la República de Colombia, al hombre que once millones de
ciudadanos vieron como una posible opción de cambio para el país, mismo que le
resta un año de mandato.
Quiero
expresarle que para mí ha sido difícil verlo y aceptarlo ocupando la silla del
primer cargo público, esa misma persona que hasta hace unos años utilizaba
uniformes de uso privativo del ejército y armas ilegales bajo las banderas del
M19, un grupo guerrillero alzado en armas con un prontuario antidemocrático
demostrado con la toma del palacio de justicia, revolucionario con el robo de
la espada de Bolívar y terrorista por el daño causado por sus militantes al
país.
Es
difícil, porque, como se observa en su sínica mirada al mejor estilo del Guasón
tomada de las noticias, cuando usted, escudándose en la teoría de la paz, se
burla del pueblo en tierra antioqueña al sacar los delincuentes de la cárcel,
permítame decirle que he tratado de entender su filosofía de paz que parece más
de violencia, guerra, indiferencia y caos para poder entender a esos supuestos
once millones de seguidores que creyeron en usted, entre otros, a familiares,
amigos y gente cercana.
No
puedo pensar que a ellos el país no les importaba, al igual que a los diez
millones que no votaron, que se dejaron engañar como parece del político y
senador guerrillero; un león disfrazado de oveja que en estos cortos años ha
demostrado en todas las formas lo que hay en su interior, sus verdaderas
intenciones políticas, sus inclinaciones dudosas de moralidad, honestidad,
ética, políticas y cívicas; basta con sumar el resultado de sus acciones para emitir
conclusiones.
Si
las teorías del alma para volverse cuerpo y la misión de vida que traen al
pasar el túnel vaginal son ciertas, entonces usted llegó a este mundo a ser lo
que hoy es: un guerrillero, un mentiroso, un charlatán, un referente
negativo de la historia, un corrupto más y un bandido que jugó como el mejor
tahúr sus cartas para llegar a ser presidente y lo logró. En eso debo
felicitarlo; usted ha sido coherente con sus intenciones y proyecto de vida, ha
logrado lo que se ha propuesto y eso es una fortaleza, nos guste o no.
Mentiroso
por que ha engañado a muchos para lograr sus propósitos entre otros a sus
seguidores, sus mentiras las escribió evocando las tablas de la ley de dios
entre otras el tema de una constituyente durante su campaña, charlatán porque
habla mucho pero demuestra poco, sus discursos filosóficos vienen rodando hace
mucho y sus ejecutorias también, es imposible decir que no pasará a la historia
del país eso ya lo escribió usted mismo con sus acciones, ojala sirvan para
análisis académicos y políticos pero no para aplicarlo y repetirlos por
generaciones futuras, mismas que ya existen impulsadas indirectamente por
usted, corrupto por todos los escándalos que lo salpican como político y
presidente además de su gabinete; y bandido… no se requiere mucha
explicación.
Destaco
el epíteto “bandido” porque son ellos los que hoy vuelven a secuestrar al país,
se toman poblaciones, expulsan a los soldados del territorio, extorsionan,
asesinan personas inocentes y miembros de la fuerza pública, boletean,
destruyen, salen a las vías nacionales plenamente identificados, otros amenazan
a la nación en la plaza pública en Bogotá y otros más se envalentonan para
desafiar la democracia. Los nombres usted los conoce: Farc, Eln, clan,
narcotráfico, delincuencia organizada, primera línea, tren, minería ilegal,
chavistas, cubanos, etc., etc. ¿Y qué hace usted, presidente? Tenderles
la mano o hacerse el indiferente; perdone por ser honesto, pero no se ve en el
entorno nacional otra acción directa de su parte o de la famosa y mentirosa
“paz total”; el incremento de bandidos es cada día mayor.
Once
millones de votos le dio a usted todas las herramientas para cambiar al país,
pero no olvide que cuarenta no, colocaron en sus manos la seguridad, más
destruida para donde, le colocaron la economía y ha demostrado una mal sana
administración, le dieron la facultad de ser el comandante supremo de los
hombres que darían la vida por usted y el país por honor y hoy los vemos
nuevamente reducidos, desanimados y no victoriosos, noto que usted no sabe que
es ser un comandante, es usted el garante de nuestra imagen internacional tema
que tiene dos caras, la oficial y la extraoficial en la una estamos mal
referenciados gracias a sus actos que no son los de cuarenta millones de
ciudadanos y en la otra creo que va usted acorde a las intenciones mal
intencionadas de las redes oscuras existentes en el mundo, ahí va muy bien y
nuevamente lo felicito por su astucia y sagacidad para ubicarse acorde a sus
convicciones que no son las mías.
Pienso
que su retórica populista, progresista, marxista-leninista, como lo ha
expresado, envuelta en el paquete del Pacto Histórico, ha demostrado en su
interior y en el exterior el cáncer que los carcome, un virus que apesta y
afecta a la nación y destruye las bases de la buena política. Ninguna de ellas
es necesaria cuando se quiere obrar bien, cuando se busca servir al pueblo,
defender al soldado y policía, proteger la niñez y amar a este bello país que
necesita un equilibrio entre los tres poderes para sacarlo del hoyo negro en el
que está.
Tantas
críticas suyas, tantas acusaciones como senador y candidato, tanta bulla de su
parte y termino siendo como decían los abuelos “fue peor la medicina, que la
enfermedad” disculpe presidente pero el hecho de haber vivido en este país los
últimos 57 años, recorrerlo, analizarlo, estudiarlo y defenderlo me da la
posibilidad de ver el retroceso al cual nos conduce la permisividad de su
gobierno, dejará una administración en caos, una país polarizado entre la izquierda
que usted representa y una derecha desorganizada que nunca se preparó para
recibir al equipo del pacto como el suyo, una inseguridad grave, una ausencia
de participación democrática ciudadana que nos deja a merced de los suyos y un
pésimo referente como país que lleva a los analistas a pensar que podríamos
igualar en el futuro a Venezuela.
Señor
Gustavo Petro Urrego, seguramente mis opiniones serán una más de las que usted
acostumbra a recibir o posiblemente ni la verá y le servirán como prueba para
hinchar su pecho porque se sentirá honrado de mi carta como coronel, pues
apunta a todo lo que usted es y eso lo llenará de orgullo, pero déjeme decirle
que hoy rezamos para que llegue un buen político a liderar el país, que de mi
parte no desearía saber de más legados petristas por todo lo que encierra su
legado desde joven, que este maravilloso país deberá responder muy bien en las
urnas el próximo año para no repetir esta negra experiencia que usted nos
deja; ojalá la lección sea contundente para no repetirla.
Ya
fue guerrillero y venció al interior del comunismo, ya fue político hasta
llegar a senador y venció, y ya fue presidente y logró sus intenciones. ¿No
cree usted que ya fue suficiente? Ya vimos sus facetas los últimos cuarenta
años; creo que nos merecemos descansar de usted y sus ideas revolucionarias.
Pase al retiro y disfrute de la pensión vitalicia como presidente, siga
construyendo su imagen como en Panamá y continúe escribiendo su libro como en
Ecuador, piérdase en las calles de Europa como lo sabe hacer y déjenos
disfrutar y soñar un poco más en esta bella Colombia. Considero que ya fue
suficiente de su parte.
Estoy
convencido de que usted, al finalizar su gobierno, no habrá sabido, ni sabrá
nunca, la oportunidad que tuvo la izquierda y usted de demostrar con bondad,
sinceridad, nobleza, vocación de servicio, cultura, educación, respeto,
dignidad, humildad, honestidad y sabiduría para impulsar a este bello país con
un pueblo maravilloso, multicultural, decente, al cual usted representa, la oportunidad
sincera de devolverle la tranquilidad y seguridad necesaria de los hombres y
mujeres que confiaron en usted y menos de los que no lo hicieron.
Dios
permita que no salga con otra locura y desee perpetuarse en el poder y la silla
del primer cargo público.
"El camino puede ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr" Soy Ciudadano.
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