Podría ser atrevido de mi parte enviarles a los militares y policías de la fuerza pública un mensaje en nombre de su pueblo, ese que constitucionalmente ustedes defienden, hombres, mujeres, niños, nacionales y extranjeros, ubicados en esta bella tierra colombiana, mensaje que no lleva tinte político, pero sí social, que deseo no sea malinterpretado, sobre todo en tiempos de necesidad precisamente política de una imperiosa postura nacional sería, valiente, vocacional y decidida para defendernos.
Al conmemorarse la Batalla de Boyacá y el Día del Ejército Nacional, deseo
felicitar a ese ejército victorioso, y aquí incluyo a todos los hombres de
tierra, mar y aire que deben actuar de manera compacta para que puedan cumplir
la imperiosa misión de defender la soberanía, la independencia, la integridad
del territorio nacional y el orden constitucional, tarea que debe estar en la
mente de cada hombre y mujer que porta las armas legítimas que la nación les
entrega (recuérdese a la nación como el pueblo); si esto no está claro, es
mejor retirarse de tan importantes instituciones castrenses.
Qué mejor momento para recordar al 7 de agosto de 1819, donde unidos el pueblo
y el soldado, se libró una batalla histórica que nos dejó un legado del cual
hasta hoy disfrutamos; ese legado está siendo pisoteado por el narcotráfico y
los grupos armados ilegales organizados por los mismos colombianos, que
amenazan la democracia, la libertad, la seguridad, la tranquilidad y la
convivencia pacífica, además de la vigencia de un orden justo.
Hoy los asesinos se volvieron senadores y los
guerrilleros presidentes; lo bueno se volvió malo y lo malo, bueno, triste pero
cierto en todos los campos. Un país como el nuestro, referente de buenos
valores sociales y culturales de hace 100 años, hoy es un pésimo referente
mundial por la producción de alcaloides y, fuera de eso, ahora consumidores.
Tristemente, la nación está enferma por este virus, por las guerrillas, por la
corrupción, por la falta de carácter e identidad política nacional, por la
pérdida de valores patrios y la fe en un ser superior; hoy, hasta el bonito
tricolor de nuestra bandera ha sido vulnerado.
Muchos ciudadanos colombianos no quieren saber
nada de política y se confunden por falta de conocimiento que existe entre un
político de un partido político, una política pública, una campaña política y
la constitución política de Colombia. Por eso este mensaje para ustedes no es político,
es un mensaje de auxilio, de alerta, de confianza, de esperanza en quienes
precisamente por su no deliberancia podría estar la oportunidad de una
imparcialidad necesaria para dirimir los destinos del país.
Si los virus anteriormente nombrados entraron en
el ejecutivo, legislativo y judicial, confiamos en que no entren en el militar
y policial. Las evaluaciones de todas las encuestas muestran a una fuerza
pública querida y respetada por el pueblo de bien, por eso hoy 7 de agosto del
2025 necesitamos ese “SÍ JURO” por
la dignidad de ustedes y del pueblo.
Son ustedes los llamados y elegidos para no
seguir viendo el secuestro, boleteo, toma de poblaciones, atentados
terroristas, asesinatos, reclutamiento de menores y muchos delitos más como la
cotidianidad de nuestros días y del pasado, cuando el país estaba secuestrado
por los bandidos y la violencia. No deseamos seguir viendo una fuerza pública
humillada, amarrada, secuestrada, asesinada y violada en su dignidad por culpa
de gobernantes que no les brindan el respaldo necesario, pero tienen la del
pueblo, que pueden utilizar mediante los articulados del 216 al 223
de nuestra constitución.
Ustedes, los soldados heroicos de Corea, los de
Bolívar, los que han sufrido la guerra de guerrillas, esos que han dado y darán
la vida por su país, no pueden ser deliberantes, no pueden votar; tema ilógico
para mi parecer, no pueden participar en política, pero sí pueden tomar
posturas firmes y dignas frente a la situación actual que vive el país.
Sabemos de sus limitaciones, conocemos sus
preocupaciones e incertidumbre, además de esperar una buena respuesta popular
para las elecciones del 2026, donde existe un panorama crítico si se continúa
con la intención de llevarnos hacia la Venezuela de hoy. El rumbo que toma el país
es preocupante por una posible revolución, comunismo, populismo y satanismo;
¿por qué no decirlo?, una guerra civil, que es lo que le favorecería a muchos
de los que juraron defender la democracia en los poderes.
Mi llamado y podría pensar que es el de muchos de
los colombianos, no es a dar un golpe de estado, no es el de la
insubordinación, no es a la violencia pero tampoco al dejar pasar y dejar hacer
o la indiferencia frente a la temática que nos preocupa y afecta; no es fácil
el panorama que se avecina y por eso nuestra confianza está en ustedes, aun a
pesar de entender que podrían tener las manos atadas y un lineamiento equívoco
del gobierno actual, tema que aspiramos solo sea una mala percepción, ya es
suficiente con ver la humillante postura ideológica e interesada de las fuerzas
públicas de naciones como Venezuela, Cuba, Nicaragua y muchos otros estados
donde se olvidaron del pueblo por congraciarse con el interés político sin
recordar que más temprano que tarde volverán al pueblo.
Como dejar por fuera a nuestros policías, ustedes
que cuidan las calles, ciudades y veredas, que están en cada rincón del
territorio, que cumplen una misión de garantizar los derechos y libertades
públicas y asegurar que vivamos en paz, no permitan jamás que el cordón indisoluble
entre militares y policías sea disuelto por el actuar político, mucho nos costó
frente a muchos de los que fungen como gobernantes hoy y eran delincuentes,
unirnos y ser uno solo, bajo un mismo ministerio, mucho se requiere de ustedes,
más de lo que piensan, precisamente por ser un cuerpo civil armado donde su
mayor amigo y aliado somos nosotros el pueblo de Colombia, que no quede duda de
la importancia de ustedes en la sociedad, para ese cuerpo policial, también va
el llamado de atención a la problemática nacional, todos llevamos un policía
por dentro y todos un corazón verde.
Colombia no necesita de violadores de los
derechos humanos, pero tampoco de una fuerza pública ultrajada y humillada por
un puñado de desadaptados y mucho menos humillada por los grupos armados
ilegales. Ya hemos recibido muchos muertos en nuestros cementerios y dolor en
la historia; que no sea tarde el llamado y mucho menos la acción necesaria.
Para nuestros veteranos y reservistas de
Colombia, considero que la tarea debe continuar desde nuestro ámbito en la
deliberancia que retomamos, seguir generando identidad como población
significativa con las cuatro estrellas juntas como sociedad, gremio y política,
actuar con mucha inteligencia, prudencia pero también contundencia, no dejarnos
engañar y comprender que ser soldado y policía es un honor que nos costó, un
título otorgado para toda la vida, no permitamos que la muerte de nuestros
antecesores haya sido en vano y solo sirva para tener una cruz más sobre la
tierra y una bandera más que se entregó de luto, Colombia también necesita de
nosotros y nuestra fuerza pública mucho más, que viva la democracia, los
colombianos, Colombia, la fuerza pública, nuestros veteranos y reservistas.
"El camino puede ser difícil pero con su ayuda lo podemos lograr" "Soy Ciudadano"
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