
Poco equipaje me acompaño en mi viaje a Medellín, se suponía que viajaría por unos pocos meses, nada de prendas militares, solo ropa civil que realmente es poca la que tenía, nadie me conocía y yo, no conocía a nadie en la tierra paisa.
Llegué a una tierra donde sólo se percibía el temor del narcotráfico, la violencia, bombas, asesinatos, Pablo Escobar y el Cartel de Medellín; todos los que llegábamos éramos nuevos o mejor dicho recién trasladados a una ciudad donde nunca habíamos trabajado; la fuga del narcotraficante más buscado de la historia había hecho que se relevara mucha gente posiblemente implicada con el cartel. No se confiaba en nadie.
Ahora, tocaba poner en práctica lo aprendido, al lado de Oficiales y Suboficiales que llevaban más experiencia que Yo en el tema de la inteligencia, encerrados, sin dar papaya, poniendo el oído a funcionar con los mínimos elementos, apoyando al componente militar del conocido Bloque de Búsqueda del país, haciendo análisis, saliendo a la calle cada vez que sonaba una bomba a buscar información, a tratar de comprender el modus operandi del narcotráfico, las pandillas y milicias que protegían al cartel, a su gente, sus terrenos; era como entrar en la boca de lobo y buscar pasar desapercibido para cumplir el trabajo asignado.
Un costeño, empezó a caracterizarse como paisa, tratar de hablar como paisa y comer muchas arepas en todo para aparentar ser paisa, ah cosa difícil para mí, carriel y demás elementos que trataban de dar paso a un problema que aquejaba al país, casi no había noche que no se sintieran disparos, y tan pronto llegue en enero el primer carro bomba en la ciudad y en febrero el otro, y así, Bogotá y Medellín se convertían en el blanco terrorista del narcotráfico y las bombas, eso desestabilizaba a nuestra gente y nos llenaba de frustración por no poder ir delante de los hechos.
Llegar a Medellín fue una experiencia inédita, parecíamos un grupo de corta palos, tratando de atrapar al gran lobo feroz pero sin herramientas, poca gente, sin recursos, el bloque de búsqueda de la Policía Nacional en la Escuela Carlos Holguín tenía los medios, los recursos y el apoyo de los gringos, nosotros teníamos como siempre buena voluntad, y la exigencia de resultado por parte de la Dirección de Inteligencia del Ejército.
Comprender el contexto del momento, fue darme cuenta de que antes del ingreso al país de la tecnología del celular ya el cartel la tenía, manejaban equipos y elementos que no existían en el mercado fuera del bíper y la radio portátil.
En este año tuve varios jefes, el corcho, el pato, espejito espejito, por este negrito, el maricon, todos con las ganas de acertar y ser triunfadores, sumamente difícil cuando se trata de enfrentar el narcotráfico, su influencia y poderío era tan grande que algunos soldados regulares y bachilleres de los Batallones en Antioquia fueron pagos por este flagelo para que levantaran la bocina de los teléfonos públicos y alertar “van saliendo”, Así combatir esa amenaza fue altamente complicado.
La Policía, hermética, no compartía información, la fiscalía con los jueces sin rostro trataban de ayudar pero tocaba llevar pruebas o informaciones contundentes para lograr apoyos jurídicos, de redes externas casi nada, inclusive había una lucha entre fuerzas para ver quien sacaba más pecho y daba resultados para presentar a los mandos superiores y lógicamente al presidente Cesar Gaviria con quien me cruce en persona en varias oportunidades.
Antioquia y especialmente Medellín siempre ha sido una tierra diferente, por su idiosincrasia, pujanza, cultura, comida; allí encontré todo lo bueno y también todo lo malo, la experiencia en esta época fue enriquecedora, tierra de arrieros, ya entendía el por qué han querido decretar éste Departamento como Antioquia Federal.
Este año murió mi primer hijo, se llamaría Sebastián, falleció en Ibagué en un accidente de su madre que para la época vivía en tierra tolimense, me sentía muy feliz y deseaba que naciera, pero los designios de Dios fueron de esa forma, el tiempo me mostraría la realidad, las causas y los hechos, sin embargo ya no había nada que hacer, mi hijo había muerto.
Trabajo intenso, desestabilizante, la inteligencia no es fácil, se mueven intrigas, intereses, mentiras y verdades, y en la organización donde me encontraba mucho más, era la Central de Inteligencia Urbana para Medellín CIUM cuyo fin primordial fue el narcotráfico y donde algunos Oficiales y Suboficiales fueron detenidos y retirados de la institución por dejarse comprar y otros fuimos objeto de amenazas.
Los PEPES (perseguidos por Pablo Escobar) fueron otra amenaza para la ciudad, nadie podría creer hoy, que la población de Medellín no se acercaba a un Policía porque sus cabezas tenían precio y sus vidas estarían en peligro.
Este año recuerdo que Colombia le gano a Argentina 5 – 0 en un partido de futbol en Buenos Aires Argentina para las eliminatorias del mundial del 94, además el DANE realizó un censo poblacional donde logré ver igual que ahora, una ciudad encerrada en sus casas mientras se realizaba tal actividad nacional.
Y el 3 de diciembre de este año, mis ojos presenciaron lo que el mundo vería en los medios, prensa, radio y televisión, Pablo Escobar Gaviria el narcotraficante Jefe del Cartel de Medellín había sido abatido cerca al Estadio y la Cuarta Brigada del Ejército, el gran capo había caído, allí se terminaba transitoriamente el nombre del delincuente más buscado, lo malo es que muchos lo recuerdan como si fuera una gran leyenda internacional; así terminaría nuevamente un capítulo más de mi vida.
Tiempos intensos y duros que seguro marcaron la personalidad del soldado.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, mil gracias
EliminarCarlos Así fue, yo vivía en Medellín hacia 11 años y me tocó vivir toda esa situación,era el gerente regional de la multinacional farmacéutica Sanofi Winthrop Inc. Mucha gente se fue de Medellín para otras ciudades más pequeñas, pero yo tuve que permanecer allí, porque ahí estaba mi trabajo y mi futuro. Mi oficina estaba ubicada en el edificio Hellen, entre el Éxito de Colombia y la IV Brigada. A media cuadra estalló un depósito de insumos para la producción de coca, cuando unos tipos en una moto le lanzaron una granada por la ventana, así que la explosión sacudió nuestro edificio a las 09:30 de un día que ya no recuerdo su fecha exacta, como si se hubiese producido un temblor muy fuerte de 7° Grados. fue una época muy, pero muy dura durante la cual murieron varios amigos y vecinos míos paisas.
ResponderEliminarGracias Eduardo por tu comentario y por recordar hechos que nos afectaron en el pasado.
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