sábado, 11 de abril de 2020


No porque hubiese muerto el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria había terminado el narcotráfico en Colombia y menos en Medellín, es más, aún seguimos siendo el principal país productor alucinógenos, sin embargo, ese fue un leve descanso y una victoria para todos, esa organización había generado un enfrentamiento entre carteles, nos había hecho descertificar de los Estados Unidos, tuvimos problemas económicos como consecuencia, una Policía altamente implicada y amenazada además de un gobierno desprestigiado por el proceso ocho mil de Ernesto Samper quien ganó ese año las elecciones, eso sin mencionar el sin número de muertes y el entredicho de la política y la justicia.

A mí me quedó un sin sabor histórico, ¿por qué Pastrana no presentó los narcocasettes al Sistema Electoral Colombiano y la justicia en la contienda política, pero si al gobierno gringo un día después de la posesión de Samper? Eso no lo entendí en su momento.

Para los tenientes como yo, el trabajo diario debía continuar, la misión seguía siendo la misma, el problema urbano, el trabajo mancomunado entre las redes de inteligencia, la inteligencia abierta y la inteligencia técnica debía coadyuvar para trabajar con la justicia buscando enfrentar, la violencia a causa de las pandillas del narcotráfico, los grupos de justicia privada, las milicias urbanas de las FARC, el paramilitarismo, más la delincuencia, el secuestro y los hechos terroristas que lastimosamente le otorgaban a Medellín el título de “la ciudad más violenta del mundo”.

Para ello, debíamos ingresar a barrios difíciles como la Comuna No 13, El Limonar, Aranjuez, Manrique, bello, Envigado e Itagüí, áreas que presentaban una estadística conflictiva muy alta.

En ocasiones el trabajo se extendió a otros municipios del departamento como por ejemplo a la zona del Urabá en Turbo, Carepa y Chigorodó, jamás olvido los allanamientos en los hangares o bodegas gigantes rodeadas de selva pero construidas en mármol, ubicadas estratégicamente con salida al mar, allí se percibía la dinámica del contrabando y la salida de las drogas, barcos en altamar, planchones que trasportaban las cargas y bodegas que en minutos pasaban de estar vacías a estar tan llenas que no se podía caminar, era algo escalofriante para ese tiempo, tocaba llevar jueces sin rostro y Fuerza Pública de diferentes lugares que no fueran del área, amén de lo que no se puede contar.

El narcotráfico había generado tanta desconfianza en la región, que para la época el Veedor del Tesoro Jorge García Hurtado, el Fiscal General Gustavo de Greiff, el Ministro Fernando Botero y los Alumnos del Curso de Altos Estudios Militares, tenían la confianza plena en nuestra seguridad inmediata, nos habíamos convertido en hombres de seguridad a tal nivel que incluso el Estudio de Seguridad de la Gobernación fue realizado por nosotros.

Como si fuera poco el trabajo, se le incrementó un ingrediente más, la seguridad conjunta del proyecto Metro de Medellín, como alguien me dijo a mi llegada a la ciudad “aquí encontraras todo lo malo, pero también todo lo bueno” esta idea extraordinaria avanzaba a buen paso, pero no faltaban las intenciones de sabotear tan bonita aspiración, días y noches escuchando las maquinas realizar el pilotaje y los cimientos de uno de los proyectos insignia de Colombia.

Otro caso para recordar este año fue el secuestro de la líder política Regina Betancourt de Lizka más conocida como Regina 11; un topógrafo que trabajaba en el sector del municipio de Santa Fe de Antioquia decía tener su localización, aseguraba haberla visto cuando la sacaban a bañarse en medio de las montañas en ruta hacia Frontino, pero esto no pasó de una especulación y ganas de ganar dinero por parte del informante, un tema muy común de los que desean dinero y engañar en temas de inteligencia.

Del episodio del secuestro algo muy gracioso pasó, a mi segundo ingreso al sector me acompañó mi Jefe, el Mayor que ocupaba el cargo de Director, el día anterior fue enfático en extremar las medidas de seguridad, no llevar nada militar, recordar la fachada y la historia ficticia; pero cuando íbamos al encuentro con el informante, pasamos un rio cristalino y me comentó su intención de bañarnos en el lugar de regreso; al retornar hice el intento de parar en el lugar pues la verdad el rio se veía excelente para el calor del área, sin embargo, mi Jefe retrocedió en la idea, dada mi inquietud le pregunté qué había pasado y me dijo, un poco apenado “es que mi señora me arregla la ropa y me colocó para hoy un interior camuflado” aunque no lo crean… aún me sonrió de esta anécdota y la cara de mi superior.

Las huellas de la violencia no son un juego, el 2 de julio fue asesinado en esta ciudad el jugador de futbol de la selección Colombia Andrés Escobar Saldarriaga “el caballero” como le llamaban por ser un jugador sereno en la cancha, dijeron que lo asesinaron por el autogol del mundial de Fútbol; este hecho lamentable también marco mi vida, primero porque el jugador vivía en la cuadra donde residía la que en pocos días sería mi esposa y segundo porque el día de la boda casi no podemos entrar a la iglesia de Calasanz porque coincidencialmente a esa hora se realizaba el novenario del jugador asesinado; fue necesario que la Policía Militar ayudara porque era bastante gente llorando al deportista.

Se dice que los militares son como los marinos, que tienen un amor en cada puerto, pero hoy discuto esa mala afirmación; antes de encontrar en esta ciudad a la madre de mis hijas, la que se casaría conmigo y que tan solo me vio en uniforme el día de la boda; las tres intenciones anteriores de noviazgo y un posible hijo, habían fracasado por culpa del conflicto en Colombia, la dinámica rotativa de la carrera y los hechos históricos puntuales habían generado para mí, nueve movimientos en el país y cinco traslados en apenas cinco años de mi vida profesional, como ven la percepción puede ser diferente a la realidad, con el agravante de no contar con medios tecnológicos como los de hoy.

Lo cierto fue, que en esa bella tierra paisa y violenta, Dios había dispuesto en mi vida se uniría a una mujer de familia extraordinaria, respetable, trabajadora, soltera de excelentes cualidades, virtudes y principios morales que hoy es ejemplo para sus hijas y la familia; si así fue mi vida ¿se imaginan la de muchos militares?

“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr” (Soy Ciudadano)

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Virgen de la Milgrosa -
Cerro El Cundí
(Santa Marta - Colombia)

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