La torre de Babel de la Reserva.

Está escrito en la Biblia, en génesis 11, la parábola de la torre de Babel, en la cual, Dios le colocó a los hombres varios idiomas para que no se entendieran y no construyeran la torre, que de acuerdo a algunas disertaciones, esta se realizó después del diluvio para sentirse seguros, ordenada por el tirano Nimrod nieto de Noé, se dice también que fue para aplacar la soberbia del hombre retando al señor y otros que ellos querían subir hasta llegar donde él.

Lo cierto es, que la palabra babel tiene sus orígenes en el idioma griego “balal” que significa confusión, y fue esa la forma, como Dios le mostró, a su pueblo lo equivocado que estaba, toda vez que tenían un mismo idioma y un solo señor.

Coronel. Carlos Martinez Caballero 09/07/20

Así, comparo hoy a la Reserva de la Fuerza Pública en Colombia, porque aún teniendo un mismo idioma, cultura, idiosincrasia e identidad, se esfuerzan para construir una gran torre social, gremial y política denominada Reserva Activa hoy veteranos, buscan defender su identidad, historia y derechos adquiridos, pero no logran superar la confusión que les brinda la ceguera histórica de su soberbia.

Pareciera que habláramos muchos idiomas, el de los soldados, suboficiales, civiles y oficiales, el idioma de los marinos, aviadores o terrestres o el lenguaje de los de arriba y los de abajo, de  costeños y cachacos, de ricos y pobres, el mismo de las bases y de las minorías, que absurdo somos al no darnos cuenta, que tenemos la riqueza de un mismo idioma para construir no una torre pero si un futuro.

A diferencia del pueblo de Babel, la Reserva tiene en sus manos todas las herramientas para proyectarse bajo un mismo fin u objetivo, primero, la voluntad de Dios, somos creyentes y hemos sido católicos y cristianos, pero la fe, debe ser nuestro primer gran ladrillo en la obra maestra.

Segundo, la asignación de retiro y la salud, dos derechos que debemos proteger y administrar muy bien, para que perdure en el tiempo y no lo acaben; tercero, la experiencia de tantos años de planeación, ejecución y control, contacto con la sociedad y una alta responsabilidad frente a la  misión constitucional.

Y por último, las huellas inhumanas que nos dejó un conflicto con raíces políticas, que se convirtió en narcoterrorismo corrupto, ideología engañosa, maltratadora e interesada para destruir mas no para construir, conduciendo al país cada día hacia un futuro incierto, oscuro e inmerecido, por aquellos que consideran tener la solución, levantan las banderas de una posible destrucción.

En la torre de babel de la Reserva (103 mil policías y 78 mil militares), el 99 % de la población es consciente de la necesidad de cohesionarse y de unirse, pero solo se agremia y medio se involucra más o menos un 30 % y un 5 % se compromete en la política y por dar un estimativo  un 0,001 % trata de hacer algo, pero los apedrean y maltratan con el látigo de la calumnia, la envidia y el egoísmo.

Esta torre de babel, debe cambiar estructuralmente de manera organizada, necesitamos un 100 % participando en política, porque es allí donde se toman las decisiones, allá está el legislativo, ejecutivo y judicial donde se mueven los destinos de todos, no tenemos ni un solo ladrillo de presencia, no es un capricho como el de Nimrod retando al señor, es una necesidad sentida frente a un futuro lleno de incertidumbre gremial como población significativa.Cr. RA Carlos Martinez Caballero 09/07/20

Aquellos que construyen todo los días las torres de la violencia, el terrorismo, el narcotráfico, la corrupción, que se pueden agrupar como una izquierda radical, nos llevan años luz y tienen claro su propósito y objetivo dentro de la democracia colombiana, ellos no tienen el temor de Dios pero si, el deseo para que su torre sea la más grande y la más suntuosa para dominar a todos desde las alturas.

Considero que estamos a tiempo de utilizar el mismo idioma, para ponernos de acuerdo, de cohesionar ideas, comprender que todos somos ciudadanos con experiencia, capacidades y fortalezas, que podemos construir nuestra torre, pero no con las bases equivocadas de los niveles.

Por el contrario, la estructura debe tener los pilares de la organización, participación, respeto mutuo, la iniciativa constructiva, sinceridad, honorabilidad, el apoyo mutuo pero acompañado de disciplina constante y el cariño sincero por nuestra población significativa llamada Reserva, que aglutina a militares y policías retirados acompañados de sus hogares, pero enaltecidos por la sociedad colombiana, si así construimos la torre, Dios mismo la protegerá.   

“El camino puede ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” (Soy Ciudadano)