Con la llegada a Cali en diciembre de 2009, pasé los procesos por lo que atraviesan los oficiales y suboficiales con los traslados, como por ejemplo, donde iríamos a vivir, el trasteo, el colegio de las hijas y lógicamente donde pasar la Navidad y el año nuevo, en un lugar desconocido cuando no conoces a nadie y te asignan una habitación mientras tanto, pero lo superamos.
Me presenté a mis superiores, los Generales Fernando Joya Duarte q.e.p.d. y Justo Eliseo Peña con quienes trabajé las últimas dos semanas en un
proceso de organización y activación del Comando Conjunto No 2, en el cual me
enorgullece poder contar hoy que fui fundador, y lo digo por un factor tan
importante para mi vida profesional, la misión conjunta (Ejército, Armada y
Fuerza Aérea), que se debía cumplir para enfrentar las amenazas de un cuarto
del país, pero hablaré más adelante del tema.
Hablaré más adelante, porque el 31 de diciembre del
2009 a las 12 del mediodía en el segundo piso de las instalaciones de la
Tercera División, me dijo el General Peña estas palabras “ya se
puede ir, ya está en vacaciones, feliz año nuevo” y vino la pregunta familiar, ¿ahora
que vamos a hacer? ¿Para dónde nos vamos de vacaciones? Pues para ninguna
parte, tocaba quedarse en Cali en la casa que me entregaron sucia, sin
mantenimiento y fuera de eso con el trasteo a medio organizar.
Las buenas relaciones con oficiales de las otras fuerzas en el Curso de Estado Mayor en el 2005, me permitió llamar al Teniente Coronel David Barrero Barrero que estaba como Comandante del Grupo Aéreo del Caribe de San Andrés y me dijo “vengase para acá y aquí lo acomodo en el casino” bendito Dios, logré viajar en los primeros días del año con la familia a disfrutar de las vacaciones del año anterior.
Como existe la ley de los pesos y contrapesos, allí
la pasamos muy bien, con la fortuna de reencontrarme no solo con mi compañero
de Fuerza Aérea, sino también con el Capitán de Fragata Efraín Adolfo Romero Sánchez
de la Armada, de quien recuerdo la invitación de su señora madre a almorzar lechona tolimense en su casa, allá en tan hermosa isla del país.
Al regreso, me esperó un recorrido laboral y un año
aún más especial que los anteriores y para que me comprendan les cuento que el Comando
Conjunto del Pacífico, recibió su nombre por varias razones, el número dos se
debió a que ya existía el número uno en el Caribe, pacifico por tener la
tercera parte del país representada por los departamentos de Nariño, Cauca,
Valle del Cauca, Chocó, Risaralda, Caldas y Quindío, desde la frontera con
Panamá hasta la frontera con Ecuador con todo el territorio marítimo del Océano
Pacífico y conjunto, porque el Estado Mayor, tenía componentes de las tres
fuerzas ademas el mando operacional estaba delegado hacia la Tercera División del Ejército
en Popayán, la Fuerza Naval del Pacifico en Bahía Solano y el Comando Aéreo de
Combate No 7 en Cali.
Trabajé, con personas interesantes, respetuosas y
muy serias pero me encontré como siempre con unos “parches” de esos prepotentes
que te miran así como… ya saben cómo, de los que se creen más que los demás el
uno por ser de aviación y el otro de inteligencia, par de personajes, que aún no
dejan de ser lo que son, pero Dios los proteja.
Mi comentario anterior, es mencionado por qué no
creyeron que bajo mi liderazgo se pudiera realizar una operación a la que
denominé Línea C3 y les contaré porque, en uno de mis viajes a Nariño más
exactamente a Pasto, había visitado y dormido años antes en la boca del volcán Galeras
donde existían repetidoras de comunicaciones, las cuales fueron retiradas por
el riesgo de erupción del volcán y con la nueva ubicación de los repetidores
militares se había dejado un espacio del terreno sin señal de comunicaciones.
Por existir una línea imaginaria de responsabilidad fronteriza con Ecuador se colocó la letra L, en la cual consideré verificar y estudiar el cubrimiento de la señal de los medios de comunicaciones en caso de cualquier situación con el vecino país, lógicamente ya se había presentado la situación de la muerte de Raúl Reyes en ese territorio vecino en el año 2008 y se podía presentar cualquier situación especial por eso la C de comunicaciones y el tres por qué implicaba la participación de las tres fuerzas militares asignadas.
Esta actividad fue tan importante y me enviaron a compartir
la experiencia y los resultados con el Comando Conjunto del Caribe en Santa Marta
Magdalena, con el fin de que se implementara y se realizara en la frontera con
Venezuela, pero tiempo después supe que no lo hicieron.
Durante todo el año, como un objetivo para
favorecer el desarrollo operacional conjunto, se buscó la integración del personal
de comunicaciones, las reuniones bimensuales en las diferentes unidades del Comando
Conjunto, el trabajo cohesionado con las cuatro fuerzas, pasar revista a todas
las unidades y propender por el correcto mantenimiento de los medios, además de
estar presente en los planes y acciones que correspondían a mi nivel.
Por segunda vez, forme parte de las reuniones
binacionales de la COMBIFRON que se desarrollaron dos en territorio colombiano
y dos en territorio ecuatoriano entre los delegados de comunicaciones tanto de
Colombia y Ecuador, allí comprendí la estructura de seguridad fronteriza del
vecino país y compararla con la nuestra, lógicamente las misiones eran
totalmente diferentes, para ellos la protección de las fronteras es misionada como
guerra regular y la nuestra irregular como consecuencia del narcotráfico y las
guerrillas especialmente en Nariño, departamento que genera mucha influencia
hacia el vecino país por el cruce de personas, el cambio de moneda, el comercio
y el flujo de movilidad constante de vehículos y personas y el narcotráfico.
La importancia de estas actividades permitió
incluso, reunión de mandos regionales en Ibarra, Ecuador donde se lograron
acuerdos militares designados por las Fuerzas Militares de ambos países y
también la visita del Presidente de Ecuador, Rafael Correa quien trajo una
ayuda humanitaria autorizada por el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, para
el Valle del Cauca, con ocasión de una inundación en el departamento donde me
correspondió ser el edecán de Correa, lo curioso de esta visita, fue
acompañarlo en la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, a una reunión
con los líderes indígenas del Cauca, sobre todo con comunidades ecuatorianas
acantonadas en territorio colombiano, hasta hoy no he encontrado una respuesta del
porqué de esta actividad y la presencia de estos indígenas en nuestro
territorio.
Pasando a otro tema, y con el ánimo de comentar la importancia del trabajo conjunto y el porqué de esta organización que fortaleció el General Fredy Padilla de León Comandante General de las Fuerzas Militares, en la base militar de Bahía Málaga, encontré y conocí el museo de los semisumergibles, que el narcotráfico ha utilizado a través de los tiempos como elemento para sacar la droga por el Océano Pacifico y transportarla hacia Centro y Norte América, la verdad la gente no se imagina las capacidades delictivas y la imaginación que tiene los narcoterroristas para sacar la droga del país.
Lógicamente, recuerdo también la influencia de
militares israelitas retirados en el Comando del General Padilla hacia los
comandos conjuntos tratando de vender un nuevo concepto de estrategia basado
en el planeamiento operacional sistémico, ordenado por la disposición número 38
del 4 de junio de 2010, que luego de ser distribuidas las cartillas hicieron hasta lo
imposible por recoger las cartillas y retroceder la orden, aún recuerdo que en
una de esas reuniones que consideré inapropiadas me paré, me retiré y puse mi
criterio institucional por encima de la intención y el tiempo me dio la razón,
la pregunta es, ¿devolverían el dinero invertido en una iniciativa costosa e
inoficiosa?
Entre otras se dieron varias acciones de trascendencia
operacional bajo la presión de las tropas que conllevó a la muerte del
cabecilla del secretariado de las FARC “alias Iván Ríos” de quien solo se recuperó
una mano además del el hallazgo del secuestrado Oscar Tulio Lizcano, además de una
cifra gigantesca de incautación de insumos, coca y base de coca por parte de
las unidades orgánicas especialmente la Armada.
De igual manera, se realizó una reunión trascendental de comandantes con el Comandante General de las Fuerzas Militares con el fin de direccionar los objetivos y acciones a seguir por parte de todas las tropas de la unidad conjunta que dependía de ese nivel superior, fue el momento oportuno para presentar al señor General Padilla mis preocupaciones sobre la problemática de los radios de seguridad perdidos en manos de los grupos terroristas, tema que pienso no fue de su importancia.
El año cerró victorioso, el Comando del Ejército en
cabeza del General Alejandro Navas Ramos, la misma persona que me había incorporado
al Ejército en el año 1986 y aprecio por su deferencia para conmigo y estar en los momentos importantes de la vida militar, había enviado la carta que decía “fue considerado
para ascender al grado inmediatamente superior” esa carta, daría paso al último
ascenso de mi carrera al interior de tan importante organización luego de 25
años de servicio.
La ceremonia de ascenso a Coronel, fue presidida
por el Presidente de la República el mismo que firmó el decreto de ascenso en compañía de los Mandos Militares, en las instalaciones donde caminé en 1986 el día de mi
ingreso a la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, ceremonia y grado que recibí en compañía de mis familiares y compañeros e integrantes de las otras fuerzas.
He aquí, por qué agradezco a Dios por favorecerme y
por aplicar conmigo la justicia divina representada en bendiciones y
bienaventuranzas.
“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo
podemos lograr” (Soy Ciudadano)
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