Iniciaba el año y con él, una experiencia nueva
profesional, el Director de la Escuela Superior de Guerra ya ascendido en
diciembre de 2007 al grado de Mayor General Edgar Ceballos Mendoza basado en el
plan de traslados, consideró reubicarme y nombrarme como subdirector del Centro
de Estudios Estratégicos para la Seguridad y Defensa CEESEDEN, centro que
lideraba las investigaciones, los seminarios regionales y el análisis de muchos
aspectos de interés para la misión académica de las Fuerzas Militares que
muchas quedaban plasmadas en documentos y revistas.
Para comprender un poco el tema de las
investigaciones, los alumnos permanecen en este instituto un año estudiando y
durante ese tiempo, recuerden se hace una investigación para graduarse, pues
sencillo, era aquí donde se manejaba ese tema, organización en la que me esforcé
para que autorizara mi investigación sobre seguridad de comunicaciones en el
2005, ahora era yo, uno de los que ayudaba y aprobaba el tema con una de las
personas que considero quedó en la historia de esa escuela, el Doctor Mauricio
Uyabán Ampudia Director de Investigaciones del centro.
Las Fuerzas Militares, enviaban temas que consideraban
necesarios para sus intereses misionales y de allí, se asignaban de acuerdo a
las especialidades a los alumnos del Ejército, Armada o Fuerza Aérea, el desarrollo
de investigaciones de tipo científico - académico que ayudarían a renovar la doctrina
en algunos manuales, aspectos técnicos, planes estratégicos, doctrina
operacional, trabajo conjunto, factores logísticos y jurídicos entre muchos
otros.
Este año, logré iniciar un proceso de
conversatorios de análisis y opinión compartido con los coroneles Juan Luis
Gutiérrez director del CEESEDEN, Erik Rivera Casteblanco, Martínez Pachón
q.e.p.d. Gustavo Rosales Ariza q.e,p.d. los generales de la reserva Jorge Mora
Rangel, Víctor Julio Álvarez, el ex - ministro Fernando Londoño, el Director de
la Maestría en Seguridad y Defensa Leonardo Carvajal, el Dr. Armando Borrero
Mancilla y el Director de la Escuela de Guerra, el General Edgar Ceballos, este
último muy preocupado para aprovechar estos aspectos académicos que recogían el
sentir de personalidades y se transcribían en documentos de consulta.
Preocupado por la falta de identidad de muchos
colombianos con su territorio, me empeñe en que la revista del primer semestre
del año (edición 5 / julio de 2008) mostrara en su portada las banderas y los
países que en la actualidad limitan con el país, además que el primer artículo
“Transformación territorial de las fronteras colombianas” permitiera visualizar
como hemos perdido tanto territorio a través de la historia, como un llamado de
atención ciudadano para defender la grandeza de lo que poseemos.
Por otra parte, con el equipo se logramos realizar los
Seminarios Regionales de Seguridad y Defensa en Bucaramanga, Medellín y Riohacha, espacios
importantes académicos con la comunidad donde se presentaba en un plano respetuoso las
realidades del momento basado en el análisis y estudio del conflicto colombiano.
Mi labor en esta unidad llegaría pronto a su final,
a mitad del 2008 fui trasladado como Comandante del Batallón de Servicios No 6
Francisco Antonio Zea con sede en Ibagué Tolima, pero antes de mi partida, tuve
la fortuna de recibir la medalla de tan importante academia militar de la mano
del General Fredy Padilla de León Comandante General de las Fuerzas Militares,
reconocimiento aprobado por el General Ceballos, a quien agradezco por darme el
apoyo necesario para insistir un poco más sobre el tema de la seguridad de
comunicaciones en mi cargo, el respaldo a mis recomendaciones y la credibilidad
de mis intenciones en los proyectos iniciados, de no ser así, algunos no
habrían llegado a consolidarse.
Así mismo, la coordinación y ejecución de Seminario
Internacional de Comunicaciones en Facatativá, con la participación de un
Coronel del Ejército de Chile y uno del Ejército de Argentina, ambos con la misma
especialidad mía y consideré importante llevarlos a la Escuela de
Comunicaciones para coadyuvar en la tarea educativa de los hombres y mujeres
que estudiaban en el alma mater de la divisa naranja bajo el mando del Teniente
Coronel Carlos Rueda Vázquez.
El Comando del Ejército, reconoció mi esfuerzo y
dedicación otorgándome la medalla de 20 años de servicio, este tipo de
reconocimientos muy probablemente no se reciben en la vida cotidiana de la
sociedad pero para nosotros es un símbolo del trabajo, esfuerzo, dedicación,
constancia y por qué no decirlo como se dice en el argot militar “la medalla de
resistencia”.
Mi llegada a Ibagué surgió en un momento
coyuntural, su sede estaba cambiando del antiguo sector de Ancón al kilómetro 3
vía Armenia, una vez más en lo personal a organizar trasteo en casa, cambio de
colegios para las hijas y adaptarse además de la ciudad, a la misión implícita
del cargo.
La recepción del batallón fue un poco traumática y desorientadora, había cambios en la Brigada y en algunos otros batallones, se ocupaban nuevas instalaciones y existían muchos ajustes para el momento, el nuevo Comandante de Brigada era el Coronel Ricardo Bernal Mendiola, un artillero de esos artilleros exigentes pero justos, que me colocó como objetivos varias metas.
Capturar y judicializar a los integrantes de las cuadrillas Jacobo Prias Alape y la Tulio Varón en el casco urbano de la ciudad, reducción de accidentes laborales, reducir el asesinato de soldados en el área urbana, cumplir el plan de bienestar, fortalecer el plan de campaña con la disciplina militar y reentrenar el personal bajo mi mando, eso sin dejar de lado la misión implícita del batallón.
A mis pocos días de llegada, ya estaba bajo una
orden de mi superior instalado en un puesto de mando para dirigir los aspectos
operacionales impuestos, labor que desencadenó una serie de situaciones
especiales en el ámbito administrativo, que por cierto el comandante saliente
al que yo le recibí la unidad, se fue en una madrugada sin dejar claridad de
muchos aspectos, firmó el legajo de entrega, dejó la pistola en la guardia,
llamó a la ayudante y se marchó sin dejar claridad de los factores más
importantes y delicados a los que me enfrentaría posteriormente.
Una de las tareas del batallón y que hoy agradezco
al Coronel Bernal, fue la entrega de responsabilidad del área urbana de la
ciudad de Ibagué, labor que se cumplió con mucha preocupación y coordinación
con el alcalde Jesús María Botero, secretario de gobierno Edward Amaya Marquez y
Comandante de la policía Metropolitana Coronel Javier Herrera Velandia en unión
de mi compañero el Teniente Coronel Juan Carlos Toscano Hernández comandante
del Batallón Rooke, que entre otros lideramos el encuentro de mandatarios del
departamento por la seguridad como un bien público.
Antes de que se cerrara el año, el batallón ya
había logrado nueve capturas del objetivo operacional asignado, dos
accidentados fuera de actividades del servicio, un plan creado y diseñado para
mejorar la seguridad de las comunas denominado “la toma de las comunas” en unión
de la Policía Metropolitana y las autoridades municipales, con una alta
movilidad y permanencia en el sector permitiendo a la comunidad una positiva
sensación de seguridad del Ejército, al punto que en una visita del Ministro de
Defensa Juan Manuel Santos, la sociedad le pidió que no retiráramos ese plan
para la ciudad; la verdad me sentí orgulloso del resultado de la iniciativa
porque en plena reunión me tocó explicar en qué consistía y como lo
desarrollábamos.
También, había logrado incrementar el plan de
bienestar de los hombres y mujeres bajo mi mando, entre ello logré enviar al
mejor suboficial con su señora a un plan de bienestar a Panamá y a 95 personas
de pasa día en el Parque del Café y otro tanto a Melgar, la parte
administrativa misión fundamental de la unidad cerraba el año con una positiva
gestión para las 14 unidades centralizadas y apoyadas en la loable tarea
logística que se debía cumplir.
Seis meses de trabajo como comandante donde tenía a
cargo 560 personas, dos cantones y una base militar de responsabilidad para
seguridad, 13 comunas de trabajo coordinado, la misión de apoyo logístico y
administrativo permanente y la búsqueda de resultados operacionales.
Sin embargo, un día cualquiera luego de asistir a
un acto público de noche con mi señora, nos hicieron un atentado con arma de
fuego pasando por el puente de la avenida primera sobre sector “alto del chivo”
ubicado en los barrios matallana y conbeima, al cual no respondimos por
garantizar nuestra propia seguridad en medio de la oscuridad, después ya no
hubo nada que hacer a pesar de la reacción policial, nunca se supo quién fue y
por qué pero una bala impacto en medio del conductor y yo, cómo pueden ver la
misión de ser militar trae consigo aspectos positivos pero también negativos
que hay que enfrentar y superar.
Un legado académico y del mando, reconocido por sus capacidades y virtudes, que a bien me permite observar su vocación valerosa y altruista en beneficio institucional y de la Patria. Esa experiencia única que la vive el uniformado es parte de la importancia de mantener esa vocación de SERVIR, sus palabras afianzan el derrotero que hoy por hoy las RA unidas deben Izar esa bandera de lucha para cohesionar una comunidad sentida de nesecidades en marcados en una estructura estratégica para defender sus derechos adquiridos y un sistema político cada día Amenazado por los enemigos de la Patria. Esa historia que refleja un compromiso moral, ético e institucional, debería continuar con todos los que portamos el Uniforme con idalguia y honor en bien de la Nación, pero se presenta un flagelo dentro de las Fuerzas y el Estado que no hay una Política Pública de Seguridad y Defensa del país, dónde enmarquen una hoja de Ruta para sostener lo que con sacrificio se consiguió, entre los Activos y Retirados, que encierren un derrotero después de servirle a la Patria bajo un fundamento de estabilidad en la vida civil en todos los campos del desarrollo humano, sin gerarquias y distinciones, para ser Valorados como personas productivas en el campo privado y público. Solo me resta decirle señor coronel Martínez Caballero Carlos, gracias por todo lo que hizo y pudo cumplir y podrá seguir cosechando de la mano de Díos padre, en bien de la Reserva Activa y nuestra amada Colombia.
ResponderEliminarMuchas gracias Jaime por sus palabras, gracias por tus comentarios y opiniones, Dios sabe cual fue la tarea y compromiso y la sociedad colombiana aporto su cuota fundamental para lograrlo.
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